La hostelería, ante la segunda ola: «Nos esperan meses muy fastidiados»

FERROL

CESAR TOIMIL

El sector mira al futuro con preocupación, pero no se rinde y echa mano del servicio a domicilio, las terrazas y la «profesionalidad» para capear el temporal. El pequeño comercio planta cara al virus con la venta on line y el trato personalizado

18 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La segunda ola del coronavirus ha venido a nublar el horizonte del sector hostelero, que ahora, ya metidos en el otoño -y tras la tregua que le concedió el verano-, mira al futuro con incertidumbre y preocupación. «Nos esperan meses muy fastidiados, porque la gente tiene miedo a consumir en el interior, y si el otoño y el invierno vienen malos, con frío y lluvia, tampoco va a haber clientes en las terrazas», dice Pablo Rebollo, del gastrobar Núa de la calle Magdalena.

Sus palabras reflejan bien el sentir general de un sector especialmente vapuleado por el virus y que en algunas ciudades ya está sufriendo duras restricciones y cierres temporales a causa de la segunda ola de la pandemia. Aunque ese no es el caso de Ferrolterra, el gremio ya empieza a verle las orejas al lobo, porque los contagios van en aumento, y según apunta Luisa Barro, gerente de la Asociación de Hostalaría de Ferrol e Comarcas, «el bajón desde mediados del pasado mes de septiembre ha sido tremendo».

Con todo, Barro resalta que de momento no tiene constancia de que ninguno de los negocios que pertenecen a la asociación -alrededor de 500- haya tenido que cerrar sus puertas a causa del coronavirus. «Los empresarios que han cesado su actividad lo han hecho porque ya les tocaba jubilarse, estaban a punto de hacerlo o porque el negocio no suponía su principal medio de vida», advierte.

Conscientes de que los próximos meses van a ser muy duros, los hosteleros están echando mano de diferentes recursos para intentar capear el temporal, como las terrazas -más solicitadas que nunca-, y la implantación de nuevos canales de venta, como las comidas para llevar o la entrega a domicilio. Que el virus ha provocado un auténtico bum de este último servicio lo demuestra el significativo aumento de establecimentos de la zona adheridos a apps como Uber Eats o Glovo, pero también el nacimiento de otras nuevas, como Look eats, impulsada por la Asociación de Hostalería de Ferrol e Comarca, que ofrece condiciones más ventajosas y comenzará a funcionar el último fin de semana de octubre.

Además, Luisa Barro apunta a la «profesionalidad» del sector como una de sus principales bazas para resistir. «La mayoría de los contagios no se producen en los locales, sino en las reuniones y celebraciones privadas. El 90% de los hosteleros cumple la normativa», sostiene. Y en este mismo punto incide tambien Xaime Sisto, de La Vaca. «Ahora más que nunca hay que ser muy rigurosos con todas las medidas de higiene y distancia y demostrar profesionalidad para que los clientes se sientan seguros. El otoño lo vamos a tener que pelear, pero hay que seguir adelante».

PABLO FREIRE, CASA LÓPEZ

«Ahora estamos menos horas, pero el trabajo es más intenso»

Pablo Freire López, de Casa López, decidió volcarse en el servicio a domicilio y dejar de servir en mesa tras el confinamiento
Pablo Freire López, de Casa López, decidió volcarse en el servicio a domicilio y dejar de servir en mesa tras el confinamiento CESAR TOIMIL
 

Si para todos los hosteleros el covid-19 ha supuesto la implantación de nuevas medidas en sus locales, hay algunos a los que la pandemia ha traído consigo, además, un cambio radical en su modelo de negocio. Es lo que ha ocurrido con Casa López, en la calle María, que ha pasado de ser un restaurante convencional a convertirse en un establecimiento que solo prepara comida para recoger en el local o entregar a domicilio. «La carta sigue siendo prácticamente la misma, pero la forma de trabajo ha cambiado mucho. Ahora estamos menos horas en el local, pero el trabajo es mucho más intenso», dice Pablo Freire López. Este cocinero apunta que no sabe cuánto tiempo durará el bum de la comida para llevar, pero asegura que en su caso está funcionando y de momento no se plantea recuperar la atención en mesa. «El servicio a domicilio no tiene por qué ser peor, y de hecho, creo que el virus ha aumentado la variedad y la calidad de la oferta. También se puede comer rico en casa», sentencia. Eso sí, Pablo reconoce que añora el contacto con los clientes. «Todavía hay gente que llama para reservar mesa y entonces me entra la nostalgia. Da rabia tener que decirles que no».

TANIA SANJURJO, CERVECERÍA KARMA

«A ver si aguanto hasta Navidad»

Tania Sanjurjo se muestra pesimista ante el bajón de clientes que ha sufrido su cervecería
Tania Sanjurjo se muestra pesimista ante el bajón de clientes que ha sufrido su cervecería JOSE PARDO

Entre las voces más pesimistas del sector se encuentra la de Tania Sanjurjo, de la cervecería Karma de Ferrol. «A ver si aguanto hasta Navidad», dice esta hostelera para la que el covid ha supuesto un auténtico  «mazazo». Tania asegura que el bajón de clientes este mes ha sido «tremendo» y que ni siquiera el hecho de contar con terraza le está ayudando en estos momentos. Confiesa que se siente «desmotivada», pero aún así  sigue esforzándose para mantener el negocio en pie con mucha limpieza, un nuevo servicio a domicilio que funciona desde el pasado mes de junio y la actualización de la carta con propuestas novedosas como el arroz de pulpo, nécoras y langostinos. 

JULÁN FREIRE, CAFÉ BOSS

«Lo que más me preocupa ahora es el bajón en el consumo, y a medio plazo, que puedan cerrarnos»

Julián Freire, en una imagen de archivo
Julián Freire, en una imagen de archivo JOSE PARDO

Julián Freire se encuentra al frente del café Boss, uno de los quince establecimientos que se han adherido a la nueva app Look eats, con la esperanza de hacer frente al bajón de clientes con la entrega a domicilio. «Es lo que nos queda ahora, además de limpiar sobre limpio de forma constante y controlar que se cumplen las distancias», dice Julián, quien percibe mucho miedo entre la clientela. «Hay gente que ya solo quiere estar fuera y no entra al local», comenta. «Lo que más me preocupa ahora es el bajón en el consumo, y a medio plazo, que puedan cerrarnos o nos impongan restricciones», concluye.