Las escuelas de surf se reinventan con alumnos de más edad y turismo nacional

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL / LA VOZ

FERROL

cedida

La práctica gana adeptos entre los padres, que siguen con las clases en invierno

11 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El surf ya no es un deporte exclusivo para los más jóvenes. «Tenemos a gente desde seis años hasta sesenta», explica Marcos Pita, del Pantín Surf Camp. El coronavirus ha hecho mucho daño a una práctica que en los últimos ejercicios se ha convertido en un motor turístico de la comarca y reclamo para otros países. Sin embargo, las escuelas han tenido que reinventarse este verano con el turismo nacional y han ganado más adeptos entre la gente local. «Teníamos bastante clientela internacional, sobre todo de Suecia, Alemania, países nórdicos... y la perdimos. Pero crecimos un poco en clientela nacional», explica Pita.

La escuela de Pantín lleva dieciséis años y ve como no para de crecer la actividad. «Cada año va in crescendo, con más gente y escuelas. Y el perfil del cliente varió muchísimo. En los inicios eran casi todo niños y adolescentes, y ahora hay de todo. De hecho tenemos un grupo de adultos bastante grande», destaca el responsable de esta escuela. Cuentan con gente de entre 5 y 60 años, pero sobre todo de alrededor de 50. «Padres de adolescentes que empiezan en verano y ellos se apuntan también. Incluso, a veces en invierno los chicos tienen fútbol u otras actividades y el padre aprovecha para surfear», explica Pita.

No solo cambia el perfil de quien practica surf sino que no para de ganar adeptos. «Desde hace tiempo el surf es un deporte más, se ha extrapolado a todas las edades», explica David Pardo, de Alawa Surf Camp. En su caso esta escuela terminó su actividad con la llegada del otoño y la retomará en Semana Santa. «A temporada foi moito máis corta, empezamos a traballar case en xullo. Pero en agosto si tivemos bastante xente, sobre todo, turismo nacional e menos estranxeiros», explica Pardo.

Y con la llegada del invierno mantienen la actividad. «Tenemos tres perfiles de alumnos en la escuela de invierno: el que se inicia en la actividad ahora; un grupo intermedio de gente que empezó en verano y quiere continuar; y un grupo de tecnificación de chavales que están compitiendo o de gente que ya hace surf y quiere mejorar», indica Pita.

Tampoco para la escuela Ferrol Surf School. «Un 80 % de la gente que prueba repite y se queda en este deporte. Tener salud y saber nadar es lo único imprescindible. Hemos tenido casos de personas sedentarias a las que les ha ayudado a cambiar sus hábitos y han mejorado muchísimo físicamente porque les ha sentado muy bien», señala Juan José Piñeiro, responsable de la escuela ferrolana. También vieron incrementado este verano el interés de la gente de Galicia y cada año crecen los aficionados de más edad. «Mucha gente se animó este verano a probar la naturaleza. Y en invierno tenemos generalmente a personas de la comarca que practican este deporte y también gente de la universidad», señala.

Se adaptan para los niveles. «Es súper divertido y no necesitas una habilidad técnica enorme para disfrutarlo, entre que estás en la naturaleza y la playa. Tenemos dos tipos de bonos mensuales, de 4 u 8 clases, 65 o 110 euros. Y solemos tener 12 al mes, entre las que puedes elegir las que mejor te vengan», destaca Pita

Medidas

Otra de las ventajas que plantea este deporte son sus medidas de seguridad en plena crisis sanitaria, como la desinfección de trajes y tablas. «Medimos la temperatura a todos los alumnos y los protocolos de seguridad que ofrecieron las federaciones gallega y española, que seguimos a raja tabla», indica Piñeiro.