Carta de un hijo a un padre, Julio de Remedios

Gustavo López

FERROL

JOSE PARDO

15 jul 2020 . Actualizado a las 17:21 h.

Querido Julio de Remedios, querido papá: Se me hace muy duro escribirte esta carta cuando siempre has sido tú el que me escribía desde tu Galicia querida, enviándome esos recortes de periódico de tus andanzas, que publica tu gran amigo, Ramón Loureiro, y acompañado de una nota con esa letra de imprenta que tanto te gustaba hacer con escuadra y cartabón.

Desde hace un año dejaste tu Sillobre natal para compartir tu tiempo conmigo, y aunque estabas lejos de los tuyos, sé que disfrutaste todos los fines de semana cuando íbamos a comer al paseo marítimo de Marbella, o subíamos a Mijas a ver los burros que tanto te gustaban. Hay uno que cada vez que nos veía llegar rebuznaba, ¿te acuerdas?.

Últimamente siempre me decías que estabas deseando que llegara el 31 de agosto para ponerle unas velas al Santo. Ese San Ramón que llevas en el corazón, ahora te acompaña y está contigo en este viaje. Vuelves a tu tierra con Él y los Tuyos. A ese campanario que tantas veces lloró por otros y ahora lo hace por ti.

Gracias, papá, por enseñarme que una sonrisa es mejor que una mala cara. Que la positividad puede con todas las adversidades y que el saber estar es aplicable en todas las situaciones.

Allá donde vayas, seguro que alguien te recibe con una sonrisa. Allá donde vayas no estarás solo. Estaré contigo.

Te quiero, Changuito (como yo te llamaba).

Firmado:

Tu Chango (como te gustaba llamarme).