Dulce López Rivera: «Las Humanidades son un tesoro que hay que poner al alcance de los niños»

Ramón Loureiro Calvo
RAMÓN LOUREIRO FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSE PARDO

Profesora y poeta, dice que los escolares, si ven leer a los suyos, «también amarán la lectura y los libros»

22 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Dulce López Rivera, profesora y poeta de 55 años de edad, subraya la importancia de mantener viva la enseñanza de las Humanidades como un pilar fundamental de la cultura europea. Y defiende la herencia del legado cultural de Grecia y de Roma como un patrimonio que la educación ha de poner al alcance de los más jóvenes. La autora de A sombra das queirogas afirma que la escuela ha de ser un lugar en el que se fomente la lectura de una manera creativa, abriendo a los niños, mediante estrategias tan atractivas como eficaces, las puertas de la narrativa y de la poesía.

-La pregunta está ahí desde siempre: ¿Cómo se puede hacer crecer la afición a la lectura entre los niños?

-Con convicción. Pero, bueno, lo primero que hay que recordar es que fomentar entre los niños la afición a la lectura ha de ser un objetivo de todos. Especialmente un objetivo de la escuela, del ámbito escolar, pero en última instancia de la sociedad entera. Y mire, hay algo que está clarísimo: los niños que crecen entre lectores también amarán, conforme vayan creciendo, la lectura y los libros. En cambio, aquellos que no vean a su alrededor amor a los libros, aunque podrán ser grandes lectores también, en principio no será fácil que vean la literatura con los mismos ojos. Pero con esto, y quiero subrayarlo, no quiero restar importancia al papel que ha de jugar la escuela. Lo que intento recalcar es que la herencia cultural pertenece a la sociedad entera, y que es la sociedad entera la que ha de tomar conciencia de la importancia de transmitirla.

«Fomentar entre los niños la afición a la lectura ha de ser un objetivo de la sociedad entera»

-A pesar de que cada vez son más las voces que se alzan para denunciar esa situación, las Humanidades parecen seguir perdiendo terreno...

-Eso es así, efectivamente. Pero tampoco es un problema que afecte exclusivamente al ámbito educativo. Bien al contrario: es otro problema más de toda la sociedad. Las nuevas tecnologías, que nos abren posibilidades casi infinitas en muchos ámbitos, entre ellos en el del conocimiento, parecen haber traído consigo un cierto desafecto por el libro tradicional, que es el soporte de casi todo lo que, de la mano de la cultura, nos ha permitido viajar a través de los siglos. Eso está ocurriendo, por desgracia. Tenemos que afrontar nuevos retos, y hacerlo, también como educadores, de la forma más imaginativa posible. No se puede renunciar a la defensa de las Humanidades.

«Las nuevas tecnologías parecen haber traído un cierto desafecto por el libro»

-En un mundo como el de hoy, ¿cómo se puede hacer que la lectura de los clásicos resulte atractiva para los escolares?

-A los clásicos hay que llegar poco a poco. Porque lo que los clásicos nos dicen es algo que, en líneas generales, a un niño le va a sonar muy lejano. Por eso yo soy partidaria de intentar, ante todo, que los niños se aficionen a la lectura. Por ejemplo, con libros que los entretengan. Los clásicos vendrán después. Y vendrán, claro que sí. Pero tenemos que abrirles las puertas.