La Álvaro de Bazán abre el ciclo como buque de mando de una flota de la OTAN
13 jun 2020 . Actualizado a las 12:30 h.Es en los escenarios de despliegue internacional donde la Armada tiene la exigente ocasión de medir -y mostrar- las capacidades de sus unidades. En los meses que vienen por delante, varias fragatas con base en Ferrol, las F-100, tendrán oportunidades para poner a prueba el nivel de alistamiento, la formación de sus profesionales y el equipamiento de los buques.
La fragata Álvaro de Bazán (F-101), de la que toma el nombre la serie de cinco construidas en las factorías locales de Navantia, será la primera en ponerse a disposición de la OTAN. Lo hará a partir de julio, como buque de mando de una de las dos flotas permanentes de la Alianza, la SNMG-2 (Standig NATO Maritime Command) en aguas del Mediterráneo.
Pero ¿qué supone liderar una agrupación naval de este tipo? Desde su progresiva entrada en activo a medida que salían del astillero -entre el 2002 y el 2012- su versatilidad y el sistema de combate Aegis las acreditaban para actuar como buques de mando de una flota de respuesta rápida, de ahí que la Alianza Atlántica aproveche sus capacidades, aportando a los buques días de navegación.
Las agrupaciones navales como la SNMG-2 tienen habitualmente un mando rotatorio con una duración de un año. Así ocurrió ya entre los ejercicios del 2013 y el 2014, cuando la F-101 ya estuvo al frente de esa flota tras relevar a su gemela, la Blas de Lezo (F-103) para, posteriormente, dar paso a la más moderna de la serie, la Cristóbal Colón (F-105). Por tanto, a partir de julio arrancará un año de mando con otras dos fragatas españolas. Si bien la Armada solo ha confirmado que la Álvaro de Bazán se desplegará hasta noviembre, sí ha trascendido que en ese turno rotario anual también podría entra la Cristóbal Colón y la Méndez Núñez (F-104).
Antes de afrontar una misión de estas características, los buques y sus dotaciones -en las F-100 rondan los dos centenares de militares- han de someterse a la calificación operativa que certifique sus adiestramientos específicos y su nivel de alistamiento. A ese proceso, que marca el inicio de un ciclo de dos años, ya se sometió la Álvaro de Bazán a comienzos del 2020 en aguas del golfo de Cádiz, y la Cristóbal Colón hará lo propio en el mes de julio, según el cronograma que maneja la Armada.
La SNMG-2 está actualmente capitaneada por la fragata italiana Virginio Fasan, bajo cuyo mando se encuentran buques de las Marinas de Alemania, Grecia y Turquía.
La Cristóbal Colón abanderará la presidencia española del foro de defensa naval
España acaba de asumir la presidencia del foro internacional de defensa naval antimisiles; una función en la que la fragata Cristóbal Colón (F-105) tendrá, asimismo, un papel protagonista.
El grupo de cooperación creado en 1999 bajo las siglas MTMD-F (Maritime Theater Missile Defence), paralelo a la OTAN, está integrado por once países -EE.UU., Canadá, Reino Unido, Italia, Alemania, Holanda, Australia, Dinamarca, Francia, Noruega y España (desde 2001)- que comparten sus capacidades ante la «creciente amenaza» que suponen los misiles balísticos y los misiles antibuque.
Hasta julio del 2021, España capitaneará el consorcio mediante un comité ejecutivo multidisciplinar que aporta la Armada y que está presidido por el contralmirante Rubén Rodríguez Peña, que desempeñó hasta el 2017 el cargo de comandante de la 31ª. Escuadrilla de Escoltas en las que se enmarcan las cinco fragatas de la clase F-100. La más moderna de estas unidades, la Cristóbal Colón, desarrollará uno de los hitos más importantes previstos durante la presidencia española. Será el ejercicio At Sea Demonstration / Formidable Shield 21, que tendrá lugar en aguas de Escocia durante la segunda quincena del mes de mayo del año que viene.
La finalidad del conjunto de las acciones es poder integrarlas en una fuerza multinacional y ser capaces de defenderse simultáneamente contra las amenazas en un entorno marítimo bajo una única red de mando.