«Estamos desesperados, el calor ya aprieta fuerte, queremos volver a casa»

FERROL

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Varias cancelaciones de vuelos mantienen retenidos a Tere Fraguela y Jorge Matesanz desde hace casi un mes en Las Palmas

21 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Canarias se ha convertido, desde hace unos años, en su lugar de residencia de invierno por motivos de salud. A Tere Fraguela Salgueiro y Jorge Matesanz Jiménez, ambos de 67 años, la declaración del estado de alarma los cogió en Las Palmas y no ven la hora de poder regresar a su casa de San Mateo, en Narón, porque ya les han cancelado varios vuelos para los que tenían billete y nadie les ofrece una solución.

«Mi marido tiene Epoc, una enfermedad crónica obstructiva del pulmón, por lo que no puede coger una gripe, y yo soy reumática, por eso, desde hace años, escapamos del frío para pasar seis meses en Canarias y no pillamos ni un catarro», explica Tere. Este año tenían previsto el regreso para el 25 de abril, pero el vuelo se suspendió. La última fecha para la que consiguieron billetes fue el pasado día 2 de mayo, con Vueling, pero a las dos o tres horas de comprarlos también les cancelaron el viaje.

«No sabemos qué hacer, nadie nos atiende. Incluso fuimos a la Comisaría de Policía para presentar una denuncia, pero nos dijeron que problemas de vuelos no los atienden. Estamos desesperados, el calor está apretando fuerte y queremos volver a casa ya!», manifestó a este periódico Tere, añadiendo que el confinamiento fue muy duro. «Jorge estuvo dos meses sin salir del apartamento, de 30 metros cuadrados, y sigue saliendo muy poco. Yo iba a hacer la compra cada diez días y tengo pánico de que él coja el coronavirus», apuntó. Por eso quieren volver lo antes posible a su casa de San Mateo, «para salir a la huerta y respirar».

Esta prolongada permanencia en Canarias, cuando su deseo sería regresar de inmediato, también les está afectando económicamente, porque tienen que seguir pagando el apartamento, que les cuesta 550 euros al mes, y, además, todavía no les han devuelto el importe de los billetes de los vuelos cancelados, que alcanzan un montante de más de mil euros. Y es que, a mayores, también abonaron los billetes de regreso de un matrimonio octogenario de Cangas que se encuentra en la misma situación que ellos, para hacerles un favor, porque desconocen el mecanismo del pago electrónico. «Sabemos que ese dinero no está perdido, pero hay que esperar a que lo devuelvan», puntualiza Tere, añadiendo que también están a la espera de vuelo, como ellos, otras diez personas, entre ellas un matrimonio de Ferrol. Todos ellos están haciendo piña en unos momentos difíciles, deseando regresar a casa.