Los ferrolanos por fin pisan Armas

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL

La plaza se abrió a los vecinos con un acto «sencillo» para evitar aglomeraciones

14 abr 2021 . Actualizado a las 11:12 h.

En la antigua y añorada normalidad, la inauguración de la plaza de Armas habría sido anunciada a bombo y platillo y merecería un acto festivo por todo lo alto. Pero el covid-19 lo ha trastocado todo, y por eso ayer, en el nuevo salón urbano de la ciudad no hubo baile ni verbena, tal y como había soñado el director de la obra, Carlos Pita. Con el objetivo de «evitar aglomeraciones», el Concello esperó hasta las ocho de la tarde para la ansiada reapertura de la plaza a la ciudadanía, y para su estreno oficial optó por un acto «sencillo» y «modesto», en palabras del alcalde, Ángel Mato.

Minutos antes de que se cortasen las cintas de seguridad y se permitiese el acceso a la plaza, decenas de personas se arremolinaban en corrillos a la espera de poder pisar su firme. Entre ellas estaban Aurora y Carmen. «Esta es la plaza de mi vida, cómo me lo iba a perder», decía casi emocionada la primera, que siempre ha residido en el número 71 de la calle Real, mientras que Carmen, que vivió durante 40 años en el 95 de la misma vía, recordaba que ya había visto tres reformas de Armas, «la primera cuando retiraron el obelisco de Churruca y construyeron el Ayuntamiento, la segunda cuando hicieron el aparcamiento y ahora esta». Las dos se mostraron complacidas con el resultado. A ojos de Aurora, la nueva plaza tiene «mucha luz» y es «muy diáfana» y «bonita».

Esfuerzo compartido

Tras el corte de las cintas, los vecinos y varios miembros de la corporación local pudieron recorrer una plaza «fantástica», como se refirió a ella el alcalde, Ángel Mato, quien también quiso destacar que la actuación es fruto de un «esfuerzo compartido», ya que se inició bajo el mandato del anterior alcalde, Jorge Suárez. El ex regidor le devolvió el guante dándole las gracias por haber abierto la plaza en un momento en el que realmente hacen falta espacios para el paseo y el esparcimiento, al tiempo que reconoció el trabajo desempeñado por la anterior concejala de Urbanismo: «Esta praza ten nome de muller, o de María Fernández Lemos, que foi quen impulsou este proxecto».

Además de sus ya famosos tilos, Mato destacó que la plaza cuenta con una placa en la que se indica el sitio exacto en el que se alzaba el obelisco de Churruca, así como un «guiño al Ferrol de la Ilustración»,  ya que en la acera de la calle Real cinco inscripciones recuerdan a otras tantas figuras clave en el diseño de la urbe naval: Sánchez Bort, Joseph Petit de la Croix, Cosme Álvarez de los Ríos, Francisco Llobet y Jorge Juan

El alcalde también quiso recordar a las miles de víctimas del covid-19 y tuvo palabras de aliento y agradecimiento para todos los profesionales y colectivos que, de una u otra manera, están luchando para terminar con la pandemia.

«Un pavimento que no hace barro»

La nueva plaza de Armas es el resultado del proyecto Lugar de todas, firmado por Carlos Pita, José Carlos Iglesias y Xoan Manuel Pérez. Hacerlo realidad costó 1,4 millones de euros, de los que el 80 % fue sufragado con fondos Edusi de la Unión Europea y solo el 20 % restante salió de las arcas municipales.

La reforma ha transformado este pedazo urbano de la ciudad en un espacio abierto, que recupera la configuración de la plaza primigenia de principios del siglo XIX (su construcción está datada en torno al año 1800), con una suave pendiente y un pavimento de terrizo estabilizado que «no hace barro», según recalcan desde el Concello. Con un perímetro dibujado por 21 tilos americanos traídos desde Holanda, cuenta además con seis grandes farolas y ocho bancos dobles del siglo XIX que han sido restaurados por el Concello. Tambíén se ha recuperado un antiguo cartel de la plaza y se ha reubicado la escultura Toro ibérico junto a las escaleras de acceso al palacio municipal (antes estaba en la zona ajardinada situada en la esquina de Real y Rubalcava) , del escultor toledano Alberto Sánchez.