Carlos Mella: «Estamos abocados otra vez a ayudar a nuestros hijos y nietos»

B. C. FERROL / LA VOZ

FERROL

ANGEL MANSO

El secretario general de la Federación de Pensionistas de CC. OO. de Galicia subraya, sin embargo, que la situación ha cambiado con respecto a la anterior recesión

11 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los efectos devastadores que para el empleo y el tejido económico está teniendo la pandemia del coronavirus recuerdan a muchos la huella de la crisis económica que se inició en el país en el 2008 y que se prolongó casi durante una década. En los años más duros de la recesión, mientras miles de personas acabaron expulsadas del mercado laboral, muchos pensionistas fueron los que sirvieron de sustento para las familias. En muchas viviendas, su prestación era la única que entraba en los domicilios, así que los mayores se convirtieron en un auténtico salvavidas económico y social. El fantasma de los años duros regresa ahora, y esa idea ha vuelto a la cabeza de algunos. Carlos Mella, secretario general de la Federación de Pensionistas de CC.OO. de Galicia, lo apunta así: «Nosotros vemos que estamos abocados otra vez a ayudar a nuestros hijos y nietos».

Sin embargo, subraya que la situación ha cambiado con respecto a la anterior recesión, por cuanto en estos momentos muchos trabajadores han podido acogerse a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, y también está encima de la mesa la puesta en marcha de una renta mínima para las personas más desfavorecidas, por lo que la protección del Estado es mayor. No obstante, otros trabajadores han sido despedidos o rescindidos sus contratos por fin de obra.

Este ferrolano reconoce que actualmente se mezcla un problema sanitario, una pandemia mundial, con uno económico. En esta ocasión, golpea más a los mayores el primero, por constituir un grupo de riesgo, aunque no todos se encuentran en una situación económica óptima.

Como ferrolano, conoce bien las razones por las que en la urbe naval se perciben las pensiones más altas, debido al gran peso que tiene el sector público en su economía, aunque subraya que hay muchas diferencias en el propio municipio. Como en el resto, las pensiones de viudedad se sitúan en unos 640 euros, y aunque la federación que representa lucha para conseguir que «las viudas consigan el 100 % de la pensión del marido», se muestra satisfecho al menos con los avances obtenidos.

Calidad de vida

Mella explica que, en el caso de Ferrol, que lidera el grupo de las siete grandes ciudades en contar con unas pensiones más altas, otro factor a tener en cuenta es que incrementan la calidad de vida de los perceptores, como el precio bajo de la vivienda -además de que muchos viven en pisos sociales ya amortizados- o un nivel de vida más económico.

Reconversión naval

En el otro extremo de la cadena, Carlos Mella admite que la ciudad de los astilleros públicos ha padecido en las últimas décadas, desde la reconversión naval, sucesivas crisis, y no ha encontrado un modelo que la haga salir de esa situación. En todas ellas, los pensionistas han jugado un papel esencial como soporte de la economía. «Los ferrolanos sabemos lo que es vivir en una lucha continua», afirma.