«Pasé 28 días solo en una habitación de casa para proteger a mi familia»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

J. C.

Regenta un estanco en el poblado pontés de As Veigas y cree que se contagió en Madrid una jornada antes del 8M

07 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron 28 días, 672 horas en la misma habitación. Escuchando desde lejos las voces de su gente y con el miedo de contagiarles el COVID-19, porque en su familia hay muchas personas de riesgo. La experiencia del pontés Jacobo Docanto no tiene una uci como escenario, pero acumula todo el miedo que produce esta pandemia: «Pasé los 28 días en una habitación de la casa de mis padres, solo, porque mi padre tiene EPOC y mi tía es también una persona de riesgo... Y no podía volver con mi mujer a Mera, porque si la contagiaba mi hijo de tres años se quedaría solo...», va explicando Jacobo, que regenta un estanco en la avenida de As Veigas en As Pontes, que cerró en cuanto notó los primeros síntomas.

El 8 de marzo, una jornada antes de la manifestación del 8M, estuvo en una gala en Madrid en la que se mezclaron personas de muchos países: «Sinceramente creo que no me contagié en la gala, sino en el metro o en cualquier otro lugar», relata, aunque otros participantes en la cena también han sufrido el virus. En dos días, nada más llegar a Galicia, comenzó a acusar los efectos del coronavirus. «Entonces ya se hablaba más de la alerta y comencé a tener fiebre así que llamé por teléfono a los médicos y me dijeron que si seguía subiendo los llamase y así fue porque al día siguiente ya era 39,9», cuenta sobre una jornada en la que ya le realizaron una prueba que confirmó su positivo tres días después, aunque él ya había iniciado su aislamiento con miedo de no contagiar a nadie de su entorno.

«He pasado el rato con lectura, muchos documentales y alguna película, pero trataba de limitar las noticias», cuenta sobre una estrategia que pudo por fin interrumpir ayer, cuando tuvo noticia del segundo test negativo. Jacobo puso rumbo a su casa de Mera para abrazar a su pequeño. «He tenido suerte, porque no afectó a nadie más y los dolores musculares, como si fuese una gripe, los tuve los primeros días, las sensación de ahogo también, pero creo que se trataba de ansiedad. Eso sí el gusto y el olfato no los he recuperado aún».