«El contrabajo va siempre conmigo de un lado a otro; en el fondo, somos inseparables»

R. L. FERROL / LA VOZ

FERROL

Daniel recalca que el público es el que elige y lo hace en libertad

27 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«El público -dice Daniel- es quien va a elegir. La gente. Y va a elegir en libertad. Así que conviene mostrarle todas las opciones que tiene a su alcance. Si la música clásica no se acerca al gran público, si no busca públicos nuevos -repite-, todos estaremos cometiendo un gran error.

-Año y años de formación que no terminan nunca, viajes constantes, una vida entera de esfuerzo...

-Dan ganas de preguntarse si todo eso merece la pena, ¿verdad?

-Pues sí.

-Yo estoy convencido de que sí vale la pena. Lo digo una vez más: no cambiaría mi vida por otra. Nuestra cultura es lo mejor que tenemos. No renunciaría a la música por nada, y conste que cuando digo esto ya no hablo solo como intérprete, sino como alguien que en la música, igual que en toda creación artística, busca, además de la emoción, la belleza. ¿Puede haber, acaso, algo mejor...? La música hace más hermosa nuestra vida. Y es el más universal de los lenguajes.

-A veces los objetos se convierten en mucho más que objetos. Sobre todo cuando son instrumentos para la creación, como una cámara o una pluma estilográfica. Y supongo que en el caso de un contrabajo eso sucederá también...

-Naturalmente. El contrabajo está siempre conmigo, va conmigo de un lado a otro. Unas veces lo quieres... Y otras casi lo odias. Y te cansa, claro. Pero en el fondo, el contrabajo y yo somos inseparables.

-Usted compagina su labor como intérprete con la colaboración en proyectos educativos. ¿Qué cree que es necesario aportar hoy a la enseñanza musical, y sobre todo a los niños?

-Pasión. Cuando esa pasión ya está en tus inicios en el mundo de la música, después se nota cuando tocas un instrumento.