Del castigo del PSOE a sus concejales al supuesto «cogoberno encuberto» de Mugardos

J. C. MUGARDOS

FERROL

JOSE PARDO

El triunfo de la moción de censura amplía las diferencias entre los grupos políticos de la Corporación

12 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La moción de censura deja una corporación municipal, marcada por los enfrentamientos personales y la reacción del PSOE de Gonzalo Caballero. Y es que, tras la decisión de los socialistas mugardeses de defender la resolución de su asamblea local -apoyar la investidura del popular Juan Domingo de Deus- frente a las directrices emanadas de los órganos provinciales y autonómicos, proclives a buscar una salida para no ceder a los conservadores el bastón de mando, tuvo consecuencias. El partido anunció que exigirían la entrega de las actas a los tres ediles, que encabezaron su lista en los comicios locales y que procedían a la «expulsión inmediata» del partido de los dos afiliados.

Ambas resoluciones, según apuntan desde el PsdeG, les fueron notificadas «durante la jornada de ayer» a los interesados: José Ángel Martínez, Marta Ruiz del Ganso e Ignacio Fernández. El portavoz municipal y fugaz teniente alcalde de Mugardos, al que Pilar Díaz retiró todas las competencias en noviembre, explicaba que, cuando reciban la notificación oficial, la presentarán a la asamblea local y acatarán lo que los militantes de Mugardos decidan acerca de su continuidad. No obstante, muestra su predisposición a seguir defendiendo el proyecto con el que concurrieron a los comicios locales. Además, tanto Martínez Bardanca como Fernández podrán recurrir la expulsión del partido en el que militan.

El PP afronta un gobierno en solitario. No obstante, el acuerdo alcanzado con los ediles del PSOE incluye el compromiso de «consensuar» asuntos estratégicos como el Plan de Obras y Servicios, los presupuestos, «cualquier modificación de crédito u ordenanza municipal», el PXOM, e incluso el «reparto de áreas y régimen de retribuciones». Un extremo que lleva a la exalcaldesa Pilar Díaz (EU) y al edil del BNG, Argemino Varela, a denunciar la existencia de un «cogoberno encuberto». «Incluso se plantean reuniones quincenales de seguimiento del pacto», apuntaba Díaz, que renunció al cargo de regidora -no al acta de edila- en el último momento, en un intento por conservar la alcaldía para su formación. No funcionó.