Mohamed Ghazali: «El albergue está bien, pero a las ocho de la mañana vuelves a estar perdido en la calle»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

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José Pardo

Este miércoles estrenó casa tras pasar más de nueve meses pernoctando en el Refugio de Caranza

28 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cáritas cuenta con cuatro pisos de acogida en los que alberga a 13 personas. Algunas son las mismas que llegan a pedir cama al refugio y que entran en el programa de acogida. Mohamed Ghazali pasó más de nueve meses en el refugio y abre una nueva etapa en uno de estos pisos. De hecho, ayer fue su primera noche en esta casa: «En el albergue estaba muy bien, pero solo podía ir a las siete de la tarde y a las ocho de la mañana ya estaba perdido en la calle», cuenta. Sus planes para esta mañana son dormir en su propia cama hasta las diez y desayunar con calma. «Hasta ahora ha sido madrugar y caminar mucho, porque en el Refugio me tenía que levantar a las siete de la mañana y caminar desde Caranza hasta Cáritas, donde ayudaba como voluntario para tener mi tiempo ocupado para volver después a Caranza», explica poco después de terminar de ayudar en el servicio de cafetería.

Mohamed llegó a la calle después de perder un trabajo en la hostelería y agotar sus fondos para pagar el alquiler: «No sabía ni que existía el albergue, pero un amigo me avisó y allí me fui». Él es uno de esos casos en los que no se pusieron plazos para su salida. «Como me ayudaron yo también los ayudé colaborando con todo y después llegó la oportunidad del piso de Cáritas que te permite salir de la calle y volver a organizar tu vida, a tener mis cosas en su sitio, porque si no tienes una casa no puedes hacer nada, ni optar a un trabajo ni nada», concluye antes de ir a su nueva vivienda. Cáritas asegura que también tienen el caso contrario: «Hubo dos personas que en las jornadas más duras quisieron dormir en la calle».