La reforma seguirá incompleta sin el dique cubierto prometido

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL

JOSE PARDO

La empresa pública prevé dejar de construir en las gradas

17 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro taller de subbloques de Navantia Ferrol es una pieza indispensable, pero no la única, para acometer la adecuación de la factoría al modelo de Astillero 4.0. Esta misma semana ya lo recordaban los representantes de los trabajadores en la movilización que llevaron a cabo en demanda de más ocupación antes de que arranque la construcción de las fragatas F-110 para la Armada española. Así, aunque subrayaron la importancia de la inversión en esas instalaciones, la transformación no será completa sin que se lleve a cabo la construcción de un dique cubierto, que implicará el gran salto del modelo productivo de la planta, ya que supondrá dejar de construir en las gradas.

El proyecto planteado para Navantia prevé que las primeras fases de elaboración de los módulos se lleven a cabo en el mencionado taller, que serían ensamblados posteriormente en el dique. Los primeros estudios impulsados por Navantia indicaban que la infraestructura tendría 360 metros de largo por 65 de ancho, y estaría ubicada dentro de una nave, que permitirá el trabajo con un mayor confort, frente a lo que sucede actualmente, con el montaje al aire libre.

Fuentes del sector apuntan a que la construcción de ese dique cubierto puede superar los 140 millones de euros.

El plan de futuro de la empresa pública hasta el 2022 contempla 400 millones de inversiones para sus diferentes astilleros, aunque más de la mitad ya están autorizadas. 

Nuevos muelles

Navantia comenzó en el año 2016 la tramitación del proyecto de transformación de su factoría ferrolana para adecuarse al Astillero 4.0, pero debido a la envergadura de las actuaciones a desarrollar y a que implican a distintos ministerios, esa fase administrativa aún no ha culminado. La actuación inicial contemplaba además la construcción de tres nuevos muelles, que dispondrán de calados de hasta diez metros, y tendrán 273, 200 y 350 metros de largo. Requerirá, asimismo, de la ocupación de una lámina de agua de más de 70.000 metros cuadrados. 

Mercado mundial

Con esta transformación, Navantia quiere asemejarse a otras factorías internacionales, que han modificado sustancialmente sus instalaciones para hacerse más competitivas a través del recorte de los plazos de construcción y, consecuentemente, de los costes. Un objetivo que no está dispuesto a perder de vista la empresa pública para incrementar sus fortalezas en el mercado mundial. Navantia estrenará el taller de subbloques con el programa de las F-110, aunque no llegará a tiempo para la primera unidad.

Paralelamente al impulso de nuevas infraestructuras con las que poder dar un vuelco a la forma de construir de la antigua Bazán se están impulsando distintos proyectos en el marco de las unidades mixtas de investigación con la Universidade de A Coruña y diversos centros tecnológicos, con el apoyo de la Consellería de Economía. El uso de drones para tareas en la división de reparaciones, la reducción significativa de cables en los futuros buques o el uso de materiales más ligeros son algunas de las actuaciones que está impulsando la compañía en este marco investigador.