La ourensana Natalia Corbillón y el esloveno Urban Breznik, diseñadores gráficos, son los autores de la nueva imagen de la marca Queserías del Eume. Los responsables de la fábrica admiten que «lo más duro» ha sido renunciar a la vaca, símbolo de la firma, pero están «encantados» con el resultado del trabajo de esta pareja. «Para nosotros ha sido un proyecto muy especial y un reto, teníamos que representar 50 años de tradición», apunta Corbillón.
Primero llegó el cambio del logotipo, con el propósito de editar un nuevo catálogo. «Pero una vez que haces eso todo lo demás tiene que ir en concordancia, la identidad corporativa de la marca, para los diferentes soportes y formatos», explica la diseñadora, que ha querido reflejar el río Eume (que algunos leen como una riada de leche) y el entorno rural de la quesería, manteniendo la gama cromática, «para conservar la esencia». Natalia cree que le ha ayudado su año de trabajo en una tienda de quesos en Escocia. Y no descarta recuperar la vaca, de algún modo, para el etiquetado del queso del país, el más identificativo de la firma.