El Racing contó con una poderosa sección de atletismo en los sesenta

Jose Valencia FERROL / LA VOZ

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José Luis Quintanilla era el entrenador y contaba en sus filas con deportistas de la talla de Santiáñez, Romalde, Pose o José Luis Yáñez

17 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cien años de existencia dan para mucho y en el Racing de Ferrol no todo ha sido fútbol. En la década de los 60 y 70 del siglo pasado la entidad contó con una sección de atletismo, en la que militaron los mejores atletas del momento en Ferrolterra. Duró unos cuantos años y se consiguieron grandes logros. Los deportistas entrenaban en las pistas de ceniza que había alrededor del terreno de juego en el viejo estadio del Inferniño.

Marcelo Rodríguez, que vivió en primera línea aquella etapa, relata que todo comenzó a raíz de la inquietud de los atletas de la zona. «El Galicia de Caranza tenía una sección de atletismo, aunque había pocos medios, ni para comprar unas zapatillas o un chándal. Nosotros queríamos fortalecer el atletismo, unirnos todos para hacer un equipo fuerte y competir a nivel nacional. Yáñez y Manuel Pose le plantearon una serie de mejoras a los directivos del Galicia de Caranza. No las aceptaron y de ahí que decidieran hablar con Ramón Sánchez Dopico, que en esa etapa era el presidente del Racing. En el club del Inferniño les abrieron las puertas de par en par. Nombraron a Antonio de la Esparza presidente de la sección de atletismo y a Juan Varela como delegado».

Segundos de Galicia

Así se puso en marcha la sección de atletismo del Racing que en su primer año acabó segundo en el campeonato de Galicia de clubes. «Ganamos al equipo más importante de la comunidad —explica Marcelo—, el de la VIII Región Militar, y fuimos al campeonato nacional, que se disputó en Pamplona. También se ganó al Deportivo de La Coruña, Atletismo Coruñés, Compostela, Calvo Sotelo de As Pontes, Marina Ferrol, Celta, Gimnástica de Pontevedra y a alguno más. Fuimos la gran sorpresa en el atletismo gallego. Poco después, la directiva del Racing decidió contratar a José Luis Quintanilla, que era entrenador nacional, para preparar a los atletas y nos compraron material de lo más avanzado del momento: chándal de espuma, zapatillas de calentamiento, bolsa, etcétera. También nos dejaron un local en el propio estadio del Inferniño, que usábamos como gimnasio. Además, compraron de todo, vallas, pértigas y pesos para lanzamientos. También nos permitían acudir a los partidos que disputaba el Racing, que para nosotros era como un premio».

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Marcelo relata que la llegada de Quintanilla fue decisiva. «El apoyo a nivel técnico que nos dio fue increíble. En aquella época compaginaba este trabajo con el de profesor de gimnasia en el colegio Tirso de Molina, de donde salieron atletas de la talla de Santiáñez, Yáñez o Ibáñez. Por no hablar de lo que hizo en balonmano, llevó al Tirso a la máxima categoría nacional. Era una persona de una gran calidad humana y un entusiasta del atletismo. Él mismo había sido atleta en la Unión Atlética Ferrolana, en Bazán y el Celta de Vigo. Sus compañeros le llamaban la liebre gallega. En 1948 había sido campeón gallego en 2.000 metros lisos, así como de 100 y 200 al año siguiente y subcampeón de longitud. Por otra parte, fue uno de los jugadores destacados del mítico equipo de baloncesto de Bazán. Su presencia en el equipo de atletismo del Racing nos sirvió a todos para mejorar las marcas».

La etapa dorada del atletismo Racing de Ferrol fue entre 1966 y 1970. «A partir de 1971 —explica Marcelo Rodríguez— bajó mucho el nivel. Algunos atletas dejaron el club para cumplir el servicio militar y sobre todo llegó una crisis al Racing. Muchos de los atletas seguimos compitiendo en otros clubes. Recuerdo que en agosto de 1969 se disputó un gran torneo de atletismo en la ciudad, el trofeo del club Racing de Ferrol. La intención era honrar a todo el atletismo ferrolano por su gran campaña. Estaba en juego un trofeo de plata valorado en 4.000 pesetas. Se enfrentaron las selecciones de Ferrol y de Coruña, con tres hombres por prueba».

Los nombres propios

Marcelo relata que por el club pasaron muchos atletas, entre ellos, recuerda a Francisco Santiáñez, que fue a un campeonato internacional de cros militar, así como a Manuel Porta, que había estado becado en la Blume y al que entrenaba Quintanilla, que fue campeón de España de la categoría júnior y que ingresó en el INEF en la primera promoción.

También cita a Carlos Porta Losada, Manuel García Pereira «Lolete», Juan Rivera Anca, Manuel Casal Fraga, Ramón Romalde, que llegó a ser campeón de España de cros de la categoría juvenil; Carlos Romalde, Soledad Romalde, Pancho (del bar Tenderete), Juan Varela «Chuchi», Manuel Pose, Valentín Peña, Tomás Reyna, Alberto Veiga, César Bedoya, Lasén, Alejandro Suárez, Toñito (el tapicero), Yesi, Gelo, Víctor, Castro, Lamas, Ramiro Carrodeguas, Carlos Alonso Torreiro, Béjar o a José Luis Yáñez Castro, lanzador de peso, disco y martillo de una enorme categoría. Un atleta de una gran nivel, que participó en varias competiciones con la selección española y que estuvo en concentraciones en la residencia Blume. También cita al deportista asturiano Raúl y a Fanego. Asegura que se olvida de muchos otros.