Marta Fernández, trabajadora con síndrome de Down: «Ya conseguí un contrato fijo, ahora me gustaría casarme y tener mi casa»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL

CESAR TOIMIL

Tiene 39 años y un síndrome de Down que no ha sido barrera suficiente para cumplir parte de sus sueños

05 oct 2019 . Actualizado a las 19:14 h.

Hace cinco años que la ferrolana Marta Fernández comenzó a trabajar como conserje en el colegio San Rosendo de Canido. Fue después de una época complicada en la que Marta hizo lo que mejor se le da: enfrentarse a las barreras y ser muy valiente. «Mi madre nos lo dice desde pequeñas, que tenemos que ser felices y encontrar un trabajo que nos guste», cuenta una bedel que acaba de firmar su primer contrato fijo en un centro que conoce bien, porque fue su escuela.

Marta recuerda con una sonrisa su paso por estas aulas: «Tenía una pandilla que nos queríamos mucho», explica poco después de realizar las tareas más importantes de su corta jornada laboral: «Llego a tiempo para abrir a las 9 y pasar lista para tener bien claro quién se queda en el comedor -relata-. Después siempre hay cosas que hacer, como recados o fotocopias».

A las once la recoge una furgoneta de la Asociación Chamorro y la lleva a su otra ocupación: elaborar agendas y diferentes objetos de papelería en un taller en el que muchas veces se cruza con su hermana, que también tiene síndrome de Down y apenas es un poco mayor. «Yo tengo 39 y ella 40, claro que le gustaría tener un trabajo como yo», confiesa una risueña Marta a la que aún le quedan muchas ilusiones por las que luchar: «Ya conseguí un contrato fijo, ahora me gustaría casarme y tener mi casa».