«Largo pétalo de...»

Nona I. Vilariño MI BITÁCORA

FERROL

24 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El título es parte del de una novela de Isabel Allende que me regalaron unas amigas entrañables, queridísimas y blindadas al espacio y al tiempo. Circunstancias de las que, dice Tagore, no depende la amistad. Lo leí con la tranquilidad de no tener la urgencia de comentarla o… devolverla. Pero, pese al preámbulo, no escribo para recomendársela, que lo merece, sino para contarles un hermoso hallazgo que deseo compartir. La autora transcribe con comillas (como debe ser) la definición que Neruda, que tiene protagonismo en esta novela, hace de Chile: «largo pétalo de mar y vino y nieve…» con una «cinta de espuma blanca y negra». Ella añade que este país larguirucho de América del Sur se aferra a las montañas para no caerse al mar del que nada sabe. No sé el porqué de mi asociación de ideas. Pero pensé que esta ría, una de las muchas que convierten a la Galicia costera en un rosario de pétalos de mar flotando sobre él, espera la llegada de navíos que traigan vida y esperanza, como el barco que entonces acogieron los chilenos. Lleno de españoles que buscaban dónde poder vivir, dónde trabajar. Me gustaría encontrar las palabras que reflejasen cómo y cuánto necesitamos del aliento y la fuerza creativa de mujeres y hombres que vean magia en nuestros acantilados, protectores valientes de la furia del mar, y esperanza en tantas gradas vacías y en tantas tierras abandonadas y se aferren a los pétalos de mar y a las bateas, y a la silueta de barcos que un día construirán aquí entre sonidos de olas y olor a tierra mojada, que espera la huella de sus pies para que la conviertan en pan.