Ponte Far hace literatura del día a día en un libro con artículos escritos para La Voz
FERROL
«Rescato do olvido un mundo que se nos vai», relató en la presentación de la obra
12 sep 2019 . Actualizado a las 21:13 h.Hace casi dos décadas que José Ponte Far escribe en La Voz columnas de 600 palabras que cuentan un día a día muy común a otras personas, pero que él transforma en literatura. Un centenar de estos artículos se han convertido en un libro titulado La vida en palabras y se presentó en el edificio de la Xunta. Fue en un salón de actos repleto de compañeros profesores, amigos y fieles lectores. Uno de ellos es Xosé Luis Vilela, director de La Voz de Galicia, que acudió a Ferrol para arropar a un autor que definió «como un pensador de fondo» con una prosa que cumple el ideal que ponía como ejemplo Carlos Casares: «Ten o estilo más difícil de conseguir, o que non se nota». Vilela reconoce que debe leer muchos textos cada día, pero asegura que «cando chega a dobre páxina de Ponte Far para La Voz de la Escuela sempre fago un aparte para disfrutala con gusto».
El director xeral de Cultura, Anxo Lorenzo, destacó que todas estas piezas consiguen contar «en voz baixa, pero coa didáctica e estilo sobrio» cualquier tema relevante sin que parezca que el corsé del límite de espacio les afecte en lo más mínimo. «Co xornal, en papel o soporte máis clásico, como fonte inspiradora», enfatizó Lorenzo, que al igual de los otros participantes en la presentación (el alcalde de Ferrol, Ángel Mato, y el editor Xulio López Valcarcel) destacaron que la mirada de Ponte Far transforma una realidad observada desde sus paseos y sus cafés favoritos de la ciudad. Mato fue alumno de Ponte Far y ambos rememoraron una etapa que también se refleja en una obra que recopila los artículos escritos desde el 2015 en la edición de Ferrol de La Voz.
Ferrolano de Negreira
Ponte Far lleva muchos años en Ferrol, aunque su Negreira natal es muy protagonista en una selección de artículos con los que pretende rescatar vivencias como cuando los niños hacían la primera Comunión cualquier domingo a las diez. «Ás once e media a nosa nai agasallábanos xunto a varios amigos cun chocolate con churros; agora é unha festa con centolas e regalos. E os nenos non se enteran das centolas, nin dos regalos», relató un escritor y catedrático que confesó que aspira a rescatar del olvido recuerdos como este, de un «mundo que se nos vai».
