«La versión oficial no es la real»

M. Aneiros, B. A. LA VOZ

FERROL

REBECA LÓPEZ

Xurxo Fernández ha guionizado un documental sobre el genocidio africano de 1994

22 ago 2019 . Actualizado a las 13:59 h.

«Mi primer contacto real con África fue en 2013, cuando trabajaba escribiendo suplementos económicos en países en desarrollo», comenta Xurxo Fernández, guionista y director adjunto del documental Víctimas de la impunidad. El otro genocidio de Ruanda, por el que afirma haber recibido «tantos elogios como críticas y amenazas», provenientes estas últimas de «los que desean perpetuar la versión oficial del genocidio de Ruanda».

«Empecé a hacer documentales con mi amigo Jon Cuesta»­­, que dirige esta pieza audiovisual y con el forma parte de la productora Ébano Media. «Al principio nos centrábamos en temas positivos, como en Team Mali donde contamos, la historia de un equipo de baloncesto. Los que pasa es que en 2014 se cumplieron 20 años del genocidio de Ruanda, fuimos allí a cubrir los eventos y nos dimos cuenta de que había algo que no cuadraba», relata el periodista sobre el origen del la historia que narra el documental que ha visto la luz cuatro años después. «Estuvimos hablando con gente, yendo a Bélgica donde hay una gran comunidad ruandesa y poco a poco fuimos hilvanando un relato completamente diferente al oficial» explica Fernández, que acusa a los medios y al gobierno de haber silenciado parte de la historia. «No negamos que haya existido un genocidio contra los tutsis, tan solo cuestionamos los números que nos han dado, y afirmamos que hubo otro de hutus», asegura.

Fernández asegura que «eran muchas las cosas que no encajaban» y entre ellas los asesinatos de nueve personas que habían sido testigo de asesinatos hutus entre los años 1994 y 2000 cuya investigación fue paralizada. Destaca, además, la situación de Paul Rusesabagina, el hombre que inspiró la película Hotel Rwanda: «Salvó miles de vidas en su hotel y fue un héroe en su país hasta que dijo que, aunque lo que había pasado entre sus paredes era lo que había contado, lo que había pasado fuera de ellas era diferente», explica Fernández sobre este «héroe defenestrado y perseguido por el gobierno de Kagame y acusado de terrorismo», cuyo testimonio forma parte del documental. «Contactamos entonces con un exiliado en la República Democrática del Congo y seguimos sus pasos para reconstruir su historia y con ella el verdadero relato de un genocidio», indica.

Última fase de rodaje

Este año se cumplieron 25 años del genocidio, para lo que el equipo se trasladó de nuevo al país africano, donde se instalaron durante dos semanas. «Allí las autoridades te guían y te cuentan su versión. Hablamos con miembros del gobierno y conseguimos una entrevista con la líder de la oposición Victoire Ingabire», cuenta Fernández y añade que «desde ese momento nos dimos cuenta de que estábamos vigilados». «A nivel social Ruanda está en una situación muy buena, pero a nivel político hay una represión brutal y a los que difieren los encarcelan o los matan», explica el periodista que relata como el secretario de Ingabire tuvo que ayudarles a sacar copias de sus discos duros del país para evitar que fueran requisados por los autoridades. «Dos días después de aquello fue asesinado», declara y, aunque no puede afirmar «que tuviese algo que ver con que nos ayudase, porque este tipo de crímenes son bastante comunes», tampoco puede asegurar lo contrario.

Tras el trabajo realizado y las amenazas recibidas el equipo no puede pisar suelo ruandés, pero esperan que el documental, que todavía no ha sido estrenado de manera oficial, «contribuya a rasgar un poco esa mentira que de tantas veces que nos la han contado se ha convertido en la verdad oficial de lo que pasó».

 «Ruanda es el mayor exportador de coltán y no hay minas en su territorio»

 En 1994 dos millones de personas huyeron a la República Democrática del Congo, donde se refugiaron en la zona de los Kivus, en la frontera con Ruanda. El actual presidente del país Paul Kagame era en aquel entonces el general a cargo del ejército tutsi que decidió invadir el Congo para acabar con los hutus que allí se habían instalado, a los que acusaba de genocidas. «Probablemente entre toda esa gente había asesinos, pero lo que también había eran miles de civiles inocentes, muchos de ellos niños», explica Xurxo Fernández que asegura que en la R.D. del Congo sigue habiendo una guerra latente. «Es una zona en la que siempre ha habido minerales estratégicos y la ocupación coincidió con el descubrimiento del coltán», informa Fernández y añade que Ruanda es actualmente el mayor exportador de este mineral, imprescindible para la industria tecnológica, pese a que «en su territorio no existe ni una sola mina».

«Si tenemos móviles de última generación que podemos cambiar cada tres o cuatro meses si queremos, es porque Ruanda continúa explotando gente en las minas del Congo, niños incluidos, porque son los únicos que pueden entrar en las grutas, para comercializar con sus recursos», comenta Fernández que asegura que pese a que han pasado más de dos décadas desde el genocidio «su historia continúa y está a la orden del día».

«Hoy en día Ruanda es una democracia reconocida a nivel internacional en la que su presidente, es siempre reelegido con un 98 %», explica el periodista. «Paul Kagame, pese a tener una presencia importante en el panorama internacional y a estar muy bien relacionado es, y no lo digo yo, sino el experto en Ruanda Filip Reyntjens, el mayor criminal de guerra que hay en activo», acusa Xurxo Fernández.