La teleasistencia llega ya a más de 1.500 personas

b. antón FERROL / LA VOZ

FERROL

REBECA LÓPEZ

Jaime López es usuario del servicio de la Cruz Roja desde que se cayó en su vivienda

16 jul 2019 . Actualizado a las 20:16 h.

Cada año cientos de personas en Galicia mueren solas en sus viviendas o sufren algún accidente sin que nadie las pueda ayudar. A esta terrible situación se suma en ocasiones una circunstancia no menos dramática: muchas veces pasan días o incluso meses sin nadie se percate de ello. Ocurrió en Narón el pasado domingo, cuando la Policía Local y los Bomberos de Narón rescataron a un hombre de 73 años que llevaba varios días tendido en el cuarto de baño de su vivienda de A Gándara, gracias a la llamada de alerta de una vecina, aunque finalmente nada se pudo hacer por su vida y el anciano falleció.

La misma suerte podría haber corrido Jaime López si no fuera por el pequeño aparato que lleva colgado de su cuello permanentemente desde hace ya casi ocho años. «La teleasistencia es lo mejor que se ha inventado para la gente mayor que vive sola», comenta este vecino de O Infernio de 77 años y único inquilino del edificio en el que reside.

Jaime no tiene esposa ni hijos y cuenta que decidió solicitar la teleasistencia a Cruz Roja tras la caída que sufrió un día en la cocina. «No sé decir cuánto tiempo estuve tirado en el suelo, porque estaba conmocionado, pero aquello me hizo ver que necesitaba ayuda», comenta.

Una vez con el dispositivo ya colgado del cuello, Jaime vivió otra experiencia que le sirvió para darse cuenta de lo valioso del servicio. «Un día me levanté sin voz, me costaba mucho respirar, así que pulsé el botón del dispositivo y como pude le conté a la operadora de la centralita de Cruz Roja lo que me pasaba. Ella llamó a una ambulancia y cuando llegamos al hospital me dijeron que tenía neumonía. Aquello me salvó la vida», cuenta agradecido este vecino de O Inferniño.

Como Jaime, son muchos los vecinos de la comarca que viven solos y se sienten más tranquilos gracias al servicio de teleasistencia. La cifra global de usuarios en esta zona asciende a 1.514, de los que 1.059 son atendidos por la Cruz Roja -de forma privada o con ayudas públicas a través de los ayuntamientos-, mientras que 455 reciben asistencia gratuita de la Diputación de A Coruña a través de la empresa Eulén.

Los únicos usuarios que tienen que pagar por la teleasistencia son aquellos que la solicitan de forma privada a Cruz Roja (con un coste de 25 euros al mes) y los que, aún disponiendo de ayudas públicas, se incorporan al programa de la entidad mediante una fórmula de copago (en cuyo caso son 5 euros al mes).

Para poder disfrutar de la teleasistencia basta con tener una línea de teléfono fijo en casa. A partir de ahí, el funcionamiento del servicio es muy sencillo. Con solo presionar el botón del dispositivo que debe llevar colgado del cuello -y como si se tratase de un manos libres-, el usuario se pone en contacto con la central de llamadas, donde enseguida se movilizan los medios necesarios para atender cualquier tipo de urgencia, como caídas, accidentes domésticos, situaciones de angustia, etcétera.

La ventaja de este mecanismo es que la persona no tiene que marcar ningún número y el dispositivo funciona incluso debajo de la ducha.