Un diccionario histórico sobre el mar

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ANGEL MANSO

«Anécdotas y curiosidades marineras», el libro editado por el Museo Naval y La Voz de Galicia y que se reparte este domingo, detalla el origen de muchas expresiones

11 may 2019 . Actualizado a las 23:47 h.

El domingo se publica Anécdotas y curiosidades marineras, una obra fruto de la alianza entre La Voz de Galicia y el Museo Naval de Ferrol que compila muchas historias desconocidas sobre el mundo del mar y que también dedica muchos capítulos a expresiones que nacieron en alta mar, pero se quedaron en la lengua española para siempre.

Un particular diccionario histórico que da cuenta, por ejemplo, de la frase hoy no es día de mojar la pólvora. Su origen, según detalla uno de los 70 capítulos, se remonta al año 1866 cuando a bordo de la fraga española La Almansa, en el combate de El Callao, se produjo un incendio. La tripulación aconsejó al capitán entonces que mojase la pólvora, aunque para ello tuviese que retirarse del combate, pero este pronunció la famosa expresión y consiguió salvar el trance.

Muchos de los lectores de esta obra, que se entrega con La Voz por 2,95 euros, podrán descubrir que el origen de la palabra mosqueo. Tiene que ver con el modo en el que amedrentaban a los remeros. Este brutal castigo, que a más de uno incluso le costó la vida, se suavizó ante la falta progresiva de buenos remeros y forzados; en especial, a partir de mediados del siglo XVI, cuando se ordenó que los azotes no les golpeasen la cabeza, las manos y las piernas. De ahí viene la palabra «mosqueo» o mosquear, pues parecía que se trataba de espantarles las moscas del cuerpo. Y hasta en el Quijote aparece este término.

Otra terrible práctica que dejó una huella en la lengua es pasar por la quilla: un castigo en el que el marinero convicto, atado de pies y manos con cabos que recorrían el navío de un lado a otro pasando por debajo de la quilla (la columna vertebral del barco). El condenado era arrojado por la borda desde un costado del barco y arrastrado por marineros por debajo del navío, restregando su cuerpo de esta forma contra la citada quilla, algo que costó muchas muertes. Estos son solo algunos de los muchos ejemplos que se aportan en una obra repleta de revelaciones.