La autovía «obliga» a frenar al salir en Catabois para evitar accidentes

FERROL

JOSE PARDO

Los dos carriles se reducen a uno para despertar la atención de los conductores

16 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Axencia Galega de Infraestructuras, dependiente de la Xunta, ya acometió la intervención prevista en el entronque de la autovía Ferrol-Vilalba con la carretera de Catabois, a fin de poner coto a la alta siniestralidad registrada en la glorieta de enlace. Los trabajos se centraron en el último tramo de la AG-64 y consistieron en una nueva señalización horizontal que inhabilita uno de los dos carriles de circulación y en la colocación de bolardos. De este modo, los vehículos que circulan por el carril de la izquierda tienen que incorporarse al de la derecha siguiendo la indicación de las flechas pintadas en la calzada, que se ha reforzado con los pivotes fijos en el suelo.

El tramo afectado es el comprendido entre el desvío hacia el puerto exterior de Caneliñas y la desembocadura de la autovía en la glorieta de Catabois, si bien unos metros antes de la entrada en la misma ya se vuelven a habilitar dos carriles de salida.

Los que pretende conseguir de este modo es que los conductores vayan reduciendo la velocidad paulatinamente, para lo que ya existían señales verticales que pasaban de 120 kilómetros por hora, a 100, 80 y 40, pero que, en vista de los numerosos accidentes registrados en la glorieta, se ha demostrado que resultaban insuficientes.

La creación de esta chicane es una propuesta que le había planteado el Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Ferrol a la Axencia Galega de Infraestructuras, que la valoró, entre otras posibilidades, y decidió aplicarla. Los trabajos fueron ejecutados hace unos días por operarios de mantenimiento de carreteras de la Xunta. Y es que el entronque de la autovía con la glorieta de Catabois se había convertido en uno de los principales puntos negros del tráfico en la zona de Ferrolterra.

En los últimos meses se registraron varios accidentes graves, dos de ellos con resultado de muerte. El primero de ellos se produjo el 23 de septiembre del año pasado, cuando un vehículo que salía de la autovía se adentró en la rotonda y acabó empotrado contra el monolito de piedra ubicado en el centro. El coche se incendió y el conductor murió calcinado.

Un mes y medio después, concretamente el 12 de noviembre, se produjo la segunda muerte. La víctima fue una mujer que viajaba como copiloto en un turismo que atravesó la glorieta y se empotró en el cierre de una finca. A causa del impacto, el coche se dio la vuelta y las piedras del muro y restos de la carrocería quedaron esparcidos por las escaleras de acceso a la vivienda.

Fueron los dos siniestros más graves, pero hubo varios más que se saldaron sin heridos o con lesiones de carácter leve. El último se produjo el pasado 7 de marzo, cuando un coche que salía de la autovía cruzó la rotonda y acabó empotrado en el portal de la finca de otra vivienda. El conductor salió ileso del percance y manifestó a los agentes de la Guardia Civil que se había despistado.