Los últimos meses el colectivo de Autismo Galicia ha conseguido tres hitos, destaca su presidenta, María José Álvarez Folgar: que el edificio central de la Xunta en San Caetano (Santiago) sea pionero en España en tener una señalización con pictogramas que favorecen la comunicación de personas con TEA; rubricaron un acuerdo con el Parlamento autonómico, el primero también en España, para que la Cámara legislativa gallega se implique en el apoyo al autismo; y comenzaron en la USC (en septiembre prevén empezar en la UDC) la campaña Un de cen, para formar a la comunidad universitaria sobre las necesidades del colectivo del autismo cuando deban ofrecerles servicios profesionales. «Hai moitos anos, uns 20, ou máis, que aspirábamos a unha campaña como esta nas universidades», dice Álvarez Folgar. Los pictogramas son muy importantes para favorecer la comunicación de las personas con autismo, pero también de otras, incluso extranjeras, que no conozcan bien el idioma o tengan problemas de comprensión. Critican que a veces los retiran, o los cambian sin necesidad «cando son tan importantes como para un condutor os sinais de tráfico», señala María José. La psicóloga Cristina Couto matiza que «facilitan a accesibilidade e a autonomía, ofrecen unha información que, se non a hai, pode provocar ansiedade, inseguridade e desconcerto nas persoas con autismo». Por eso, los últimos años insisten en las campañas para instalar pictogramas en hospitales y centros de salud; en edificios municipales, centros de enseñanza, espacios deportivos y otras dependencias públicas. Es uno de los cambios que favorecen la integración: «Hoxe, nas Pontes, as persoas con autismo poden ir mesmo á discoteca, onde teñen en conta as súas peculiaridades e adaptan a música e o son para que se sintan cómodas; é un dos avances que hai algúns anos non se imaxinaban», indica María José. Otro avance fue conseguir la tarjeta doble AA, que favorece el acompañamiento y la accesibilidad en centros sanitarios públicos; aunque la presidenta de Autismo Galicia critica que «en ocasións encontramos profesionais que non teñen en conta esa tarxeta de atención prioritaria, cando tamén é unha maneira de facilitar o seu traballo ao pedirmos horarios cando están más tranquilas as persoas con autismo», insiste.