AGA aconseja las trampas selectivas contra la velutina, que sale del letargo

A. F. C. NARÓN / LA VOZ

FERROL

ALBERTO LÓPEZ

Los apicultores de Ferrolterra solicitan la colaboración de los vecinos de la zona rural

21 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡Reina cazada, nido evitado!». Este es el eslogan empleado por la delegación de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) en Ferrolterra para animar a los socios, y a cualquier otra persona, a iniciar el trampeo contra la Vesta velutina nigrithorax. Muchas avispas ya abandonaron el letargo en febrero, «por las temperaturas suaves durante el día y la ausencia de heladas por la noche», explica Rafael Díaz Nieto. El delegado del colectivo en la zona constata que el ciclo de este insecto varía en función de las condiciones meteorológicas.

Dada la peligrosidad del adversario, conviene anticiparse en la batalla contra la proliferación de la velutina. «Debemos empezar con el trampeo e implicar a los vecinos de toda la zona rural, porque el que no quiera, en verano, el riesgo de un nido cerca de su casa, ha de colocar un par de trampas en su huerta o jardín en primavera», recomienda. Los apicultores ofrecerán una ronda de charlas informativas por los concellos de la comarca, además de distribuir carteles y trípticos.

Atraídas por el color amarillo

Al margen del tipo y la forma de la trampa, desde AGA recomiendan pintarlas de amarillo, un color que atrae especialmente a la velutina. Insisten, eso sí, en que se empleen artilugios selectivos, «para evitar la muerte de insectos beneficiosos». El colectivo ha ensayado con varios modelos y ha empezado a utilizar trampas en seco. «En el interior de la típica botella de plástico ponemos una esponja empapada en líquido atrayente, con agujeros de unos cinco milímetros y en el tapón le hacemos unos barrenos de siete milímetros, por los que puede entrar la velutina, pero no la Vespa Crabro ni las mariposas, que son de mayor tamaño», indica Díaz. Reconoce que el método resulta «menos eficaz, pero por lo menos se evita que los insectos más pequeños que entren se ahoguen, ya que pueden salir».

También han diseñado un excluidor de reinas. «Es un dispositivo con alambres horizontales, que deja entrar a las obreras, pero no a las reinas, porque son más anchas, y otros insectos entran y salen sin ningún problema», describe el delegado de AGA, empeñado en conseguir un sistema efectivo que no resulte nocivo para otras especies.

¿Dónde y cómo trampear?

Las trampas deben situarse a un metro y medio de altura, en los alrededores de los nidos de velutina eliminados el año anterior (en un radio de entre 100 y 150 metros); cerca de plantas de especies de origen asiático, frutales en flor o árboles con polen o pulgón, como el sauce; en las cercanías de composteros y cobertizos donde se guarden colmenas o alzas; y en un radio de 100 metros en torno a los apiarios.

Los apicultores aconsejan colocar en la trampa un ejemplar de avispa asiática congelada, a poder ser una reina, «ya que atraerá a sus congéneres por efecto de las feromonas y actuará como repelente para las abejas». El trampeo ha de ser itinerante, moviendo los dispositivos entre 150 y 200 metros, «ya que las reinas fundadoras, cuando salen del letargo invernal y con tiempo estable, inician sus nidos primarios y para alimentar a la primera cama, apenas se trasladan alrededor del nido unos 150 metros».

Renovar el líquido cada 15 días

Pero en cuanto nacen las obreras, estas se mueven varios kilómetros en busca de comida. De ahí que el trampeo fijo y aislado «dé escaso resultado para proteger el colmenar». Conviene cambiar el líquido atrayente cada 15 días. ¿Qué producto funciona mejor? Al margen de las marcas comerciales, AGA Ferrolterra propone mezclar 25 gramos de levadura fresca de panadería y un kilo de azúcar, y disolverlo en dos litros y medio de agua templada. Aseguran que «va bien, con temperaturas suaves o altas».