Sin mirar atrás

Nona Inés Vilariño MI BITÁCORA

FERROL

19 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy es día de música entrañablemente ferrolana y arraigada en una tradición que cuesta aceptar a quienes creen tener la medida de lo que es o no patrimonio valioso y expresión de una cultura popular que, en este caso, son las canciones de un pueblo que canta en las calles, en las tabernas o bajo los balcones que son, en muchos casos, el hermoso marco desde el que las rondallas se ven en su histórico y entrañable cometido: cantar a la mujer.

Y, precisamente, en este contexto, con música y poesía de fondo, recupero mi bitácora semanal después de una obligada ausencia debida a un problema de salud que, afortunadamente, va quedando atrás. Pero no es mi propósito hablar de esto. Al contrario, quiero poner música de rondalla para enmarcar con alegría este regreso. Y para sonreír al pensar que alguien leerá esta columna y se alegrará de mi vuelta, aunque, como es lógico, no tanto como yo de volver…

Habrá tiempo de comentar algo de lo que pasó, de lo que pasa y de lo que puede pasar. Y sé que lo haré con una ilusión renovada. Porque quiero abrazar con fuerza, aunque sea virtualmente, las cosas cotidianas y a las personas que constituyen el universo de mis afectos. Muy especialmente a los lectores que son parte de ese viento de cola que impulsa mi ilusión por seguir descubriendo lo que de verdad importa.

La casualidad quiso que en esta fiesta pueda volver a ofrecerles esta sencilla columna como testimonio de la alegría de vivir, de poder sonreírles de nuevo, al pensar que siguen ahí. Porque la normalidad ha vuelto a mi vida y esa es la mejor de las noticias.