Defensa insta al Concello a desalojar a los okupas del Sánchez Aguilera

Carmela López
carmela lópez FERROL / LA VOZ

FERROL

ESTEVO BARROS

La demanda está siendo tramitada por el Juzgado de Primera Instancia número 2

14 feb 2019 . Actualizado a las 17:58 h.

El Concello de Ferrol ha presentado en el juzgado una demanda de desahucio de las personas que viven en el edificio del cuartel Sánchez Aguilera situado al lado de la explanada habilitada como aparcamiento público. La medida responde a un requerimiento formulado en noviembre del año pasado por el Instituto de Vivienda, Infraestructuras y Equipamiento de la Defensa, en cumplimiento de lo establecido en el convenio firmado en marzo del 2015 por el anterior gobierno del Partido Popular.

Según se recoge en el citado documento, el Concello de Ferrol «asume las responsabilidades que se deriven de la actual situación de las propiedades cuya posesión ha sido entregada para su mantenimiento, conservación y custodia en los anteriores convenios y el actual». Y se añade que también tendrá que hacerse cargo de «la totalidad de los gastos que se deriven del desalojo de terceros ocupantes».

Atendiendo la petición de Defensa, el alcalde, Jorge Suárez, firmó el pasado día 11 de enero un decreto en el que resuelve «exercer as accións xudiciais necesarias para recuperar a posesión do inmoble sito en acuartelamiento Sánchez Aguilera e acordos complementarios».

La demanda ya está presentada y su tramitación corresponde al Juzgado de Primera Instancia número 2 de Ferrol.

El edificio en cuestión está siendo okupado desde hace muchos años. En la planta baja residen dos o tres varones y en la parte alta tiene establecido su hogar una amplia familia con varios hijos.

Condiciones infrahumanas

Las condiciones son infrahumanas, ya que no se trata de viviendas propiamente dichas, sino de espacios del antiguo cuartel con usos totalmente diferentes, que en la actualidad carecen de luz y de agua corriente. De ahí que los okupas utilicen velas para alumbrarse y hornillos de gas butano para cocinar, en unas condiciones que revisten una gran peligrosidad. De hecho, Luis Castiñeira Castroviejo, uno de los residentes, tuvo que ser trasladado en ambulancia al hospital Arquitecto Marcide a finales de octubre pasado, a causa de un incendio que dejó totalmente calcinado el habitáculo sin ventanas en el que vivía.

El fuego se propagó con gran rapidez, debido a la acumulación de ropa, bolsas y efectos inservibles, y tras la intervención de los bomberos municipales el recinto quedó anegado de agua, ya que la abertura de la puerta está situada a unos diez centímetros de altura por encima del suelo del habitáculo.

El afectado, de 53 años, había sido entrevistado por La Voz en septiembre del 2018 y manifestaba: «Un día de estos vamos a salir volando», en referencia a las condiciones en las que están viviendo.

El incendio fue ocasionado por una vela que prendió en el colchón en el que Luis Castiñeira estaba durmiendo y otros okupas de la estancia colindante fueron los que alertaron a los servicios de emergencia de madrugada.

En octubre hubo un incendio en uno de los habitáculos y un residente estuvo a punto de morir