Manuel Patinha: «Galicia ha hecho de mí lo que soy, y aquí es donde quiero acabar mis días»

FERROL

JOSE PARDO

«A estas alturas de mi vida tengo mil razones por las que dar las gracias», señala el artista

10 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Patinha (Póvoa de Santa Iria, Portugal, 1949) expone, de nuevo, en su país natal. Desde ayer, la localidad lusa de Vila Nova de Cerveira acoge la que quizás sea la más ambiciosa de las muestras antológicas que se le han dedicado, a lo largo de toda su carrera, al polifacético artista afincado en Galicia. Una muestra que, no obstante, se concentra en un solo ámbito, el de la escultura. Quizás porque, como el propio Patinha reconoce, el mundo del arte, a pesar de las constantes incursiones que él ha hecho en territorios como los de la pintura, el grabado e incluso la poesía, sigue viéndolo, fundamentalmente, como un escultor.

-¿Qué representa para usted este reencuentro con Vila Nova de Cerveira, ese lugar en el que su obra ha sido vista siempre con tanto afecto?

-Es muy importante para mí. Vila Nova de Cerveira es un lugar que ha hecho mucho por dar a conocer mi obra. Y, además, estoy convencido de que esta nueva exposición me hará llegar a un público más amplio.

-¿Cree entonces que su obra aún es poco conocida?

-No. A ver, quiero matizar eso. No me gustaría explicarme mal. A día de hoy, mi obra es muy conocida ya, casi me atrevería a decir que en todas partes. Estaría siendo injusto si no lo reconociese así. Pero lo que quiero decir es que mi obra es conocida sobre todo entre los aficionados al arte, entre los estudiosos, entre los galeristas, entre los coleccionistas y entre los propios creadores. Por eso a mí me parece que es importante dar un paso más, ir más allá. En mi opinión, un creador debe aspirar siempre a que su obra sea conocida por el gran público, a trascender las fronteras del mundo del arte. Pero en general no me quejo. Tras tantos años en el arte, me siento muy agradecido. A estas alturas de mi vida tengo mil razones por las que dar las gracias.

-¿Hasta qué punto cree que su obra es hija de una tierra, de una cultura, de un paisaje...?

-Yo he nacido en Portugal. Y a Portugal le debo mucho, muchísimo. No seré yo quien reniegue de mis orígenes, ni quien olvide el lugar en el que nací y en el que están la mayor parte de los míos, además de tantos recuerdos. Pero hay algo que también quiero dejar muy claro, mire: Galicia ha hecho de mí lo que soy, y aquí es donde quiero acabar mis días.

-En las próximas semanas va a sacar a la luz un «libro de artista», que llevará el nombre de Álvaro, de Álvaro García, esa figura entrañable que fue para usted, como suele repetir, «un padre y un amigo».

-Álvaro y su esposa, Divina, fueron fundamentales en mi vida. Se convirtieron en mi familia aquí, en Galicia. Un creador necesita apoyo y necesita afecto, como cualquier ser humano; si estás solo, si nadie te ayuda, es imposible avanzar. Quiero darle las gracias a Álvaro con este libro. A él y a Divina. Siempre estarán conmigo. Ojalá todos los artistas tuviesen a su lado gente así.