¿Qué le puedo pedir al rey Neptuno?

museo naval

FERROL

cedida

En el Elcano se mantiene un ritual en el que el dios de los Mares bautiza a los marinos neófitos

30 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En estas entrañables fiestas es frecuente escuchar a los niños hablando de lo que van a pedir a los Reyes Magos. Pero nadie se acuerda de su majestad Neptuno, rey de todos los mares. Las gentes de mar sí lo recordamos de forma muy especial cuando cruzamos el ecuador geográfico y este recordatorio se realiza con una antigua tradición marinera, que se ha descrito de forma casi poética.

Al cruzar el Ecuador, aquellos tripulantes «infieles», es decir, quienes nunca cruzaron esta línea imaginaria, deberán ser bautizados para evitar la ira del soberano de los mares. Este rito pagano viene de muy lejos y consiste, en primer término, en la entrega del mando simbólico del buque al Rey Neptuno por parte del Comandante, una vez que este se presenta a bordo.

Este simpático ritual se mantiene en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, donde se dice que el dios Neptuno «visita todos los barcos de la Armada la primera vez que cruzan el Ecuador en una campaña». Así lo marca el Ceremonial Marítimo (documento que complementa a los reglamentos y en el que se explican aspectos como la conducta personal a bordo, el saludo naval, las ceremonias cotidianas o los acontecimientos extraordinarios, como el paso del Ecuador). Dice así: «El momento de cruzar la línea se marca con un repique de la campana, pero el resto de la fiesta admite cierta latitud para que pueda celebrarse por la mañana. No es propiamente una ceremonia sino la parodia humorística de una ceremonia que realiza la marinería de un barco al cruzar el ecuador por primera vez en una campaña». No obstante, es un acontecimiento que, lamentablemente en los tiempos que corren, pocos barcos tienen la ocasión de celebrar, por lo que debemos limitarnos a describir someramente lo que todos los años se hace en el Juan Sebastián de Elcano.

¿Cómo podríamos describir esta parodia? De forma resumida sería: la dotación se prepara para la llegada del «rey de los mares». Se comienza con el tradicional intercambio de cargos, es decir, los oficiales se intercambian con marineros, los cocineros con suboficiales, y así sucesivamente. Se materializa cambiando las palas, distintivo que identifica el empleo. En ese momento, el dios Neptuno, acompañado de su verdugo y de dos ninfas, se dirige en procesión al puente de gobierno donde el comandante le cede el mando del barco y se procede a la presentación al dios Neptuno de los «neófitos» (personal que ha cruzado el Ecuador por primera vez) y a su bautizo en unas aguas «sospechosamente turbias». Además, les gasta bromas y les exige tributos (parte de su cabello o barba, mancharle con pintura o grasa, etcétera).

Al finalizar, el dios Neptuno devuelve el mando al comandante, abandonando el barco. De repente, todo vuelve a la normalidad. Un «día para el recuerdo», cumpliendo tradiciones marinas, no deja de ser un bonito y, por qué no decirlo, romántico acto que nunca debería olvidarse.