El equipo ferrolano ha recibido solo dos goles en contra en los últimos 990 minutos de juego
26 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los números con los que el Racing de Ferrol celebrará el fin de año asustan. Veintidós goles a favor en las últimas once jornadas frente a solo dos en contra muestran las grandes virtudes de el equipo confeccionado por Emilio Larraz: un acierto anotador inmejorable -el Racing está empatado con el Compostela como equipo más goleador del grupo de Tercera División con 36 tantos en lo que va de temporada, tres por encima del segundo con más acierto, O Barco- y el muro casi infranqueable en el que se ha convertido la defensa -tan solo la UD Ourense, con 12 tantos en contra, ha recibido menos goles que el Racing, en concreto uno menos con respecto a los 13 del equipo ferrolano-. ¿Cuál es la clave de este exitoso balance?
«Creo que tenemos mucha más confianza y mentalidad de equipo que al principio», opina Diego Garrido. El defensa cántabro junto con el portero Diego Rivas regresaron esta temporada al equipo ferrolano, que ya había sido su casa, y se han convertido en piezas fundamentales de la máquina de Larraz. Ambos han jugado 1.620 minutos completando los dieciocho primeros encuentros de Liga. «Estoy muy contento y con la ilusión de finalizar una buena temporada con el objetivo que está deseando todo el mundo», recalca el defensa.
Aunque los elogios se los lleva la última zona del campo, Garrido no se olvida de nadie a la hora de repartir los méritos. «Cuando un equipo recibe pocos goles se mira al portero y a la defensa, pero es gracias a todos. En el Racing es muy importante el trabajo que hacen los delanteros en la primera línea de presión, los dos bandas, que en muchas ocasiones están muy cerca de los laterales ayudando en los marcajes, y los mediocentros corren un montón sacrificándose muchísimo a la hora de defender. En la parte final está toda la defensa trabajando y, por supuesto, Diego que está haciendo una temporada extraordinaria», elogia Garrido.
«El equipo defiende junto»
El guardameta se ha alzado como un valor seguro bajo los palos. Los cuatro goles encajados en el estreno en casa del Somozas y los tres que endosó el Céltiga en A Malata parecen ahora algo casi impensable. «El equipo ha crecido mucho y estamos en un buen momento, que tenemos que mantener hasta final. El arranque en Somozas fue un accidente. Nos costó más de la cuenta darnos cuenta de cómo era la categoría y tener claras las ideas del míster. Hemos sido cada vez más solventes y los números lo muestran», explica. Para Rivas, la clave de este Racing es la dinámica de equipo. «El equipo defiende mucho más junto. Sabemos cuándo tenemos que apretar arriba y cuándo tenemos que replegarnos y tener más paciencia esperando los espacios del rival. En definitiva, nos hemos conjuntado mucho. Yo estoy ahí en el final si todo el entramado no consigue solucionar un ataque», señala.
Coinciden al reconocer sentirse muy a gusto en la ciudad y con su nueva etapa en el Racing. «Estoy contento con cómo me están yendo las cosas y con mi aportación. Ya no solo a la hora de cerrar la portería, sino a nivel grupal el tratar de aportar mi experiencia; estoy a gusto, volver a casa a veces no es fácil pero a mi me está resultando muy bien. Veo que el equipo funciona, la gente se engancha y puede ser un año muy bonito», desea el portero. Por su parte, Garrido espera poder transmitir su experiencia a los más jóvenes. «Con el rol que tengo de un jugador veterano que vuelve al club tras tener experiencia en el extranjero, quería ser importante, quiero ayudar a los chavales jóvenes, ser ejemplo y que la gente reconozca el trabajo. Estoy muy contento a todos los niveles. El fútbol muchas veces es una cuestión de forma física y psicológica. Me vine con la familia, tengo dos hijas muy contentas, mi mujer también, y es muy importante esa tranquilidad», destaca.