La obra lleva siete días parada y el comercio de la zona pierde un 30 % de ventas por jornada, por lo que anuncian protestas
09 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace medio mes que un reventón en la red de suministro de agua causó una riada en la carretera de Joane que, entre otros muchos desperfectos, arrasó la finca de Serafín Rubio y mató a todos sus animales. Este vecino es uno de los que lleva una semana esperando que regresen los obreros a la zona en la que se produjo la rotura: «Arreglaron la tubería y ahora dicen que volverán a poner el aglomerado, pero ya llevan sin trabajar -contaba ayer resignado-. A mi casa vinieron a hacer unas fotos para ver si el seguro puede pagar algo».
A unos metros de su vivienda se encuentra la Cooperativa do Val, donde el accidente ha sido un golpe directo a los ingresos: «Hemos perdido el 30 % de ventas diarias, porque nosotros tenemos mucha clientela que compra porque pasa por aquí y con este cierre se nos está haciendo mucho daño», explicaba ayer Manuel Dopico, uno de los coordinadores de las tiendas de la entidad. Los trabajadores de este supermercado cuentan que incluso han sido ellos los que han tenido que señalizar una zona en la que el hartazgo vecinal comienza a quedar patente por el incidente del día 25 de septiembre y el abandono de las aceras: «No puede ser cómo está todo», se quejaba una vecina ante un cartel reivindicativo. El gerente de la cooperativa, José Díaz Dopico, anuncia otras protestas: «Nosotros hemos hecho una queja formal ante las administraciones, porque no puede ser que lleven una semana sin hacer nada, pero nadie nos ha respondido, así que vamos a hacer otra protesta en el barrio, porque nadie nos escucha».
Complicaciones
Por su parte, los portavoces del gobierno local se limitaron a reconocer ayer a La Voz que la carretera sigue cortada porque han surgido complicaciones que no especifican.
