Los bomberos trabajan con grandes limitaciones en los edificios antiguos

La Voz

FERROL

05 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El personal contraincendios tiene que trabajar con muchas limitaciones en los fuegos en viviendas oficialmente deshabitadas pero en las que suele haber okupas, por varias razones. Suelen ser edificios antiguos que están ubicados en callejones o calles muy estrechas, como ocurrió ayer en Canido, en los que el vehículo escalera entra con dificultad y tiene poco margen de maniobra. Otro problema añadido es que la mayoría de los inmuebles están en estado ruinoso, por lo que el más mínimo fuego puede provocar derrumbamientos, de ahí que, según el jefe de los bomberos, Aureliano Bacelo, las labores de extinción tengan de realizarse desde el exterior, aunque posteriormente, y tras adoptar las oportunas medidas preventivas, actúen en el interior para sofocar también los rescoldos.

Más inconvenientes

El tema de los okupas supone un inconveniente a mayores, ya que una de las primeras medidas es comprobar que no haya gente dentro. Y, además, el hecho de que una vivienda esté sirviendo de refugio a personas sin hogar suele ir aparejada de la acumulación de basuras y desperdicios, que actúan como detonantes en la propagación de las llamas.

La mayoría de estos fuegos están provocados por la utilización de velas para alumbrarse o de la realización de fogatas, bien para cocinar o para calentarse.

La solución a este grave problema no parece fácil, porque, según el jefe de la Policía Local, José Antonio Chao «la gente rara vez avisa de que hay okupas en las viviendas».