Las vacaciones movidas de un ferrolano en Indonesia

FERROL

CEDIDA

Xaquín Rodiles sintió tres de los terremotos de la isla de Lombok y el viernes rescató a dos mujeres en la playa de Crystal Bay

27 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Unas vacaciones a Indonesia, un destino de moda, están siendo por momentos para un ferrolano algo muy diferente a lo que muestran sus idílicas fotografías, aunque en ningún momento, eso sí, se arrepiente de haber ido. Xaquín Rodiles Álvarez (24 años) llegó al país asiático con su novia el día 15 y aún se marchará el próximo jueves, pero ya le ha dado tiempo a vivir varias experiencias que recodará para siempre. Por un lado, los seísmos que tuvieron su epicentro en la isla de Lombok y, por otro, un rescate del que fue protagonista.

«Noté al menos tres terremotos desde que estoy aquí con mi novia», cuenta Xaquín desde Indonesia. En los dos primeros les pilló durmiendo. «Empezaron a temblar el bungaló y la cama, así que salimos corriendo de la habitación al jardín, una zona abierta, para estar más seguros», rememora. Allí se encontraba también el propietario que, aunque estaba «nervioso», se le veía «acostumbrado», asegura el ferrolano. El siguiente los cogió en un mercado antiguo. «Ahí sí que tuvimos más miedo, porque había más peligro de derrumbe. Pero bueno, salimos y no pasó nada», explica. Y es que, a pesar de que estaban muy lejos del epicentro, al ser de magnitud de 6 a 7 en la escala de Richter, lo sintieron cerca.

Socorrista improvisado

No obstante, los sustos no se quedaron ahí. El viernes, después de un día de tour por la isla de Nusa Penida, decidieron ir a darse un baño a una de las playas más turísticas: Crystal Bay. A pesar de que en los arenales de alrededor, cuenta Xaquín, era «imposible» meterse, por la altura de las olas, en esta «no había peligro aparente». Sin embargo, una vez dentro sí había corrientes que tiraban hacia dentro. «Al poco de llegar, vimos a unas chicas de origen árabe que se estaban riendo porque se las llevaba la corriente, pero esto pasó a más y las empezó a arrastrar de verdad», relata. En ese momento no olvidó el título de socorrismo de la Cruz Roja, teniendo en cuenta que allí no había ni uno.

Él y otra persona que estaba en la playa fueron hasta la que estaba más cerca de la orilla, a la que sacaron fácilmente. En cambio, la otra estaba más lejos y, además, vestida con un burkini, que le pesaba y le impedía nadar. Por eso, Xaquín se fue nadando rápidamente hacia ella, la tranquilizó y la puso boca arriba, para así remolcarla hacia fuera. «Cuando ya hacía pie, la gente me ayudó a sacarla del todo. Al ir sin aletas, acabé cansadísimo», cuenta. Una vez se tranquilizaron, se despidió y fue a bañarse, que era, claro, para lo que había ido a la playa.

«Viajar me apasiona, más si se trata de un sitio diferente cada vez, supongo que como a todo el mundo. Decidí ir a Indonesia porque lo tenía en mente y no me echan hacia atrás ni los terremotos, ni el volcán que entró en erupción. Es una zona de alta actividad sísmica, como California, Chile o Japón, y por eso no voy a dejar de viajar», valora el ferrolano que, eso sí, siempre tiene en cuenta la seguridad. «Lo que me da más miedo aquí es, quizás, la poca calidad de las compañías aéreas que trabajan entre las islas», añade. En el tiempo que le queda, no obstante, aguarda conseguir al cien por cien el objetivo con el viajó: desconectar de Madrid y del trabajo que tiene allí, conocer una nueva cultura y surfear. En definitiva, tranquilidad, que estos días algo le ha faltado.