Un programa que va ligado a la revolución en el modelo del astillero ferrolano
FERROL
Además de abrir una época de esplendor en el naval gallego, con garantías de ocupación para la próxima década, la ejecución de las F-110 van ligadas a la transformación de la factoría ferrolana para adaptarse a los nuevos tiempos. Es decir, para aplicar de lleno el modelo de Astillero 4.0 que opte por una automatización en los procesos, por la digitalización y la realidad virtual, entre otros. Navantia pretende pasar de fabricar en grada a hacerlo en dique seco cubierto cuando construya las cinco fragatas de la próxima generación para la Marina española, ahorrando tiempo y costes con este procedimiento, que le obligará a realizar un proyecto de transformación exhaustiva de sus instalaciones.
Para la Armada, las futuras fragatas se adaptarán también a los nuevos tiempos. Serán más potentes y más silenciosas y preparadas para albergar dotaciones más pequeñas que las actuales F-100.
Los buques tendrán 145 metros de eslora (largo), 18 de manga (ancho) y capacidad para desplazar 5.900 toneladas. Dispondrán de mayor capacidad antisubmarina y potencial contra la guerra asimétrica.