Un programa que va ligado a la revolución en el modelo del astillero ferrolano

Beatriz García Couce
b. couce FERROL / LA VOZ

FERROL

18 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Además de abrir una época de esplendor en el naval gallego, con garantías de ocupación para la próxima década, la ejecución de las F-110 van ligadas a la transformación de la factoría ferrolana para adaptarse a los nuevos tiempos. Es decir, para aplicar de lleno el modelo de Astillero 4.0 que opte por una automatización en los procesos, por la digitalización y la realidad virtual, entre otros. Navantia pretende pasar de fabricar en grada a hacerlo en dique seco cubierto cuando construya las cinco fragatas de la próxima generación para la Marina española, ahorrando tiempo y costes con este procedimiento, que le obligará a realizar un proyecto de transformación exhaustiva de sus instalaciones.

Para la Armada, las futuras fragatas se adaptarán también a los nuevos tiempos. Serán más potentes y más silenciosas y preparadas para albergar dotaciones más pequeñas que las actuales F-100.

Los buques tendrán 145 metros de eslora (largo), 18 de manga (ancho) y capacidad para desplazar 5.900 toneladas. Dispondrán de mayor capacidad antisubmarina y potencial contra la guerra asimétrica.