Australia

FERROL

02 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

esde las antípodas llegó el jueves pasado el jarro de agua fría de que la nueva generación de fragatas para la Armada de Australia serán construidas por la empresa británica BAE Systems, que se impuso a Navantia y a la italiana Fincantieri en el concurso de mayor importe en el que participaban los astilleros españoles. Unos ganan y otros pierden. Una obviedad en cualquier licitación, aunque en este caso la mayor perdedora fue Navantia, porque el verdadero duelo por el pedido se jugó a dos bandas y Fincantieri nunca estuvo entre las favoritas. Fue una auténtica decepción, como les transmitió el presidente de Navantia a los suyos, aunque en los últimos días ya se intuía el posible revés, todo un frenazo al crecimiento que ha experimentado la empresa en Australia, desde el año 2006.

Tocan las reflexiones pero una vez más algunos políticos del partido que gobernó España hasta antes de ayer ?sí, durante todos esos años en los que se ha negociado el contrato? no han querido dejar pasar la oportunidad de jugar a darle al contrario con la empresa pública. Esto es, de todos, algo que parece que no tienen claro. Como el portavoz del PP en la Diputación de Cádiz y exalcalde de San Fernando, José Loaiza, que tras conocerse el fallo, pidió a Pedro Sánchez que «no ponga en peligro» el contrato de las corbetas árabes previstas para la bahía. Contrasta esta utilización burda de la situación con las declaraciones del conselleiro de Industria gallego, Francisco Conde, rehusando hacer política con el fallo y resaltando que no todas las empresas pueden perder un pedido como este ya que en concursos de este tipo solo participan los de mayor prestigio.