El problema suscitado con el servicio de recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza viaria tiene su origen en que el contrato con la empresa Urbaser venció a finales de diciembre del 2014. El anterior gobierno del PP había iniciado el procedimiento para una nueva licitación, a la que, tras el relevo en la Alcaldía, el equipo de Jorge Suárez no dio continuidad y tampoco formalizó la renuncia o el desistimiento, trámite en el que todavía se está ahora. Como consecuencia de la falta de contrato, la prestación del servicio se encuentra en una situación irregular, tal y como advirtieron en sus informes el interventor y el secretario del Concello. Por su parte, los grupos de la oposición insisten en la supuesta ilegalidad de que Urbaser siga cobrando directamente los recibos a los usuarios por la recogida de basuras.
No obstante, el problema que afecta a los trabajadores de la empresa se plantea con el servicio de limpieza viaria, que tendría que abonar el Concello y no lo está haciendo desde hace un año, por lo que la deuda ronda ya los dos millones. Y no lo hace porque, al no haber contrato, el pago tiene que efectuarse por reconocimientos extrajudiciales de crédito, que no logran pasar el filtro del pleno. Urbaser presentó un recurso de reposición que podría desembocar en el juzgado. La firma solicita la nulidad de cuatro acuerdos plenarios que rechazaron el pago de 496.694 euros por los meses de julio, agosto y septiembre del 2017. En la comisión del pasado 5 de junio, el alcalde tuvo que retirar otro pago de 993.388 euros, del período de octubre a marzo de este año.