El problema de fondo de Ciudad Jardín, del que se arrastran todos los demás, es la quiebra de la promotora, que derivó en que las viviendas que no se vendieron estén ahora en manos de la Sareb. La empresa tenía, además, una deuda con el Concello por el impago de tasas e impuestos, y el TSXG falló a favor de la administración local en el embargo de 34 viviendas de la urbanización, que sigue sin ejecutarse.
-¿Qué responsabilidad tiene el Concello en el mantenimiento?
-Es el responsable subsidiario, porque es propietario, junto con el Sareb, de las chalés que no se vendieron. De ahí el compromiso incumplido de Luis Victoria.
-¿Cómo afecta a la vida diaria en Ciudad Jardín?
-La maleza campa a sus anchas. Hay algunos troncos de tojos con un diámetro como el de mis piernas y, junto con la presencia de okupas, convierte la urbanización en un punto peligroso por incendios, además de favorecer la proliferación de ratas.