Un aula del CHUF que enseña a estar sano sin dietas y ser feliz sin chuches

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL

José Pardo

La relación con la comida y aprender a comer bien centran un programa nuevo

30 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante once semanas seis pequeños de la comarca tenían una cita en el hospital Naval para aprender a estar más sanos y felices. Tanto ellos como sus familias participan en un programa del CHUF que se desarrolla a nivel nacional y que bajo el título de Nen@s en movento busca para mucho más que perder peso, aunque esa será una de las consecuencias de estas sesiones.

«Temos dous grupos: nun traballamos cos nenos aos que poñemos obxectivos mediante cadernos e noutro traballamos cos pais, sempre tratando de facer cambios graduais, que entendan e que lles senten mellor», explica Rosa Romarías, una de las dos pediatras que lleva este programa y que se ocupa de las sesiones con los menores. Su compañera es Adriana Torrado y ambas se desplazaron a Barcelona para formarse y abordar unas clases en las que se enseña a comer sano sin obcecarse con las dietas y a estar feliz sin recurrir a las chucherías para sentir alivio rápido. «As veces cómese para calmar outros sentimentos, por eso queremos que as familias se acostumen a pensar: ‘¿Realmente teño fame?’ -relata la pediatra- xa que pode ser que o neno so quera falar un pouco».

Alberto Gutiérrez es uno de los padres que ha acudido con su hija a estas sesiones y tiene claro que han abierto otra senda de vida con su pequeña. «Claro que dejar de comer patatas fritas o filetes empanados cuesta, pero de esta forma nos genera mucha ilusión, porque no se centra solo en la comida, sino en hacer cosas nuevas -apunta-. Ahora un día salimos a dar un paseo los tres, otro aprendemos a montar en bici y otro nos ponemos a bailar». Los participantes han llevado sin agobios las sesiones, precisamente por el modo en el que se proponían los avances: «A los niños les dan unos cuadernos en los que van anotando sus retos, que pueden ser probar una verdura o una fruta nuevas cada día o ver menos horas de tele cada tarde, por ejemplo», explica uno de los participantes que llegó a este programa tras una propuesta en una revisión en la consulta de endocrinología.

Aprender a quererse

Acudir a las sesiones cada martes ha sido requerido ajustar agendas escolares y laborales, pero están muy satisfechos, en especial, por la autoestima que han adquirido. «Nos ha encantado que les muestren a los niños que deben quererse y no dejarse afectar por lo que les digan», reconoce Alberto. Los pequeños trabajan con diez cuadernillos, pero los mayores cuentan con un libro gracias al que aprenden a organizarse para hacer lo más difícil: sobrevivir en el día a día sin comida basura. «Son los padres los que hacen la compra, por eso es importante que aprendan a clasificar los alimentos y, sobre todo, a leer las etiquetas, porque a veces se compran productos que parecen saludables, pero realmente no lo son», explica la pediatra Torrado, la encargada de unas sesiones en las que se habló mucho de la cesta de la compra.

«El problema es que los alimentos y golosinas que antes había un día de fiesta en nuestras neveras los tenemos a diario -según alerta-, pero hay que reconocer que los participantes se han adaptado muy bien». Su colega Rosa Romarías va más allá y reconoce que «non é tan difícil entrar na roda do sedentarismo, en usar a comida como premio e estar sobrealimentados».