19 may 2018 . Actualizado a las 11:01 h.
Cada jornada Carlos Cobelo elabora una media de diez preparados para los que en su gran mayoría se necesitan una receta. Como en otras farmacias que formulan reconocen que hay productos, como un jarabe para bebés con molestias gástricas que no paran de llorar por las noches, que son hallazgos que cambian la vida a las familias. Sin embargo corren el riesgo de perderse por la carga de trabajo que sufren los facultativos. «Los médicos que siguen pidiendo estos remedios son los más antiguos, porque los de los centros de salud no tienen tiempo para poder estudiar estas alternativas; cuando van a recetar les sale en el programa lo recomendado y solo cambiarlo ya pasan los diez minutos que hay para la consulta», según denuncian.