«Cuando empecé, hace 53 años, no sabía ni freír un huevo»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL

CESAR TOIMIL

Hortensia Gómez recogió ayer el Premio de Gastronomía de Galicia por su larga carrera en A Gabeira

03 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace tiempo que Hortensia Gómez Fraga ya no lleva el peso del restaurante A Gabeira, pero cada tarde la madre de Miguel Ángel Campos, presidente del grupo Nove, se pasea por su antigua cocina con la misma atención que cuando todo dependía de ella. «Es que me preocupa mucho la limpieza y bajo a ver las cosas. Aquí llegué con 18 años, aunque antes ya había estado trabajando, pero recuerdo que cuando empecé, hace 53 años, no sabía ni freír un huevo, fue mi suegra la que me enseñó casi todo», cuenta muy alegre sobre una trayectoria ante los fogones por la que ayer por la noche recibió uno de los premios de Gastronomía de Galicia más entrañables y que lleva el título Toda unha vida. «Estoy muy nerviosa, incluso le dije a mi hijo que fuese él a recogerlo», aseguraba horas antes de viajar al programa Luar en el que se premió al chef Javier Olleros, con Estrella Michelín en su restaurante, Culler de Pau de O Grove.

A Hortensia le gusta el recetario gallego más clásico; su hijo borda el contemporáneo y eso era un contraste importante cuando regresó de la escuela de hostelería de Santiago y empezaron a compartir fogones: «Me gustan los platos de siempre, pero los modernos de mi hijo me parecen riquísimos, sobre todo los postres, pero claro que a veces no nos poníamos de acuerdo», explica entre risas sobre una vida laboral dura, porque no contaba con los avances que ve ahora. «Trabajé mucho y antes era muy duro: hemos tenido 50 personas a comer y otras tantas para cenar, pero he sido muy feliz así», confiesa sobre una carrera en la que nunca le han faltado las ganas de aprender, «primero de mi suegra y después de mi hijo». Por eso, tiene claro que en la cocina se tienen éxitos cuando gusta tanto que hay fuerzas para repetir las cosas hasta que salen. «Tanto mi hijo como yo somos muy perfeccionistas». Gracias a ello su repertorio de éxitos es amplio: «Los callos, es que les cogí el punto y me salen muy bien, los asados, los pescados a la gallega, a la caldereta... Las parrilladas de pescado, que fuimos de los primeros, y un rape con salsa americana que fue todo un éxito -va enumerando-. Recuerdo que Miguel se fue a la Expo de Sevilla y me dejó la receta».

Y, por supuesto, sus postres caseros, algunos con comensales devotos de toda España y que reservaban con meses de antelación delicias como su tarta de nuez, aunque en este apartado claudica y asegura que las propuestas modernas de su hijo le encantan: «Los helados que hace, como el de queso, son riquísimos, ahí si que creo que la cocina ha ganado mucho».