Los ladrones asaltan tres veces en dos meses un bar en Sedes

FERROL

CESAR TOIMIL

El propietario llegó a dormir en el negocio y la noche que no lo hizo le entraron a robar nuevamente

01 nov 2017 . Actualizado a las 12:38 h.

El bar O Caserío, en la parroquia naronesa de Sedes, acaba de sufrir el tercer robo en menos de dos meses. El último asalto se produjo en la madrugada del viernes, justo la noche que el dueño había decidido pernoctar en su casa, después de haber pasado las anteriores en el local, custodiando su negocio.

En esta última ocasión, los ladrones se lo tomaron con más calma y revolvieron todo el interior del local. Accedieron al bar forzando una persiana metálica y rompiendo un cristal. Una vez dentro, reventaron por arriba la máquina tragaperras, a la que a raíz de los robos anteriores le habían colocado una protección metálica en la parte inferior.

Se llevaron también cien euros que había en una bolsa en la cocina, un reloj, varias pulseras de bisutería y una hucha infantil con forma de cofre de madera. Les dio tiempo, asimismo, a revolver las facturas y todo lo que había en los cajones. Se cree que incluso trataron de llevarse el televisor, porque en el mostrador había varias pisadas y un cable del aparato está fuera de su sitio.

En los dos robos más recientes se habían apropiado del dinero de la tragaperras, además de causar daños, pero este mismo negocio ya había sufrido varios asaltos a lo largo de los años.

La Policía Nacional está tratando de localizar a los ladrones. Se sospecha que se trata siempre de las mismas personas, que son conocedores de las costumbres del propietario y le hacen seguimientos para saber dónde se encuentra. Las investigaciones policiales están muy avanzadas, puesto que incluso se cuenta con el ADN de alguno de los asaltantes, que se obtuvo con el análisis de los restos de sangre que quedaron esparcidos por el bar en el penúltimo asalto, después de que se produjera un corte con un cristal de la ventana por la que accedieron al interior. En otra ocasión rompieron una puerta del lateral del inmueble.

Los robos se perpetran siempre entre las tres y las cuatro de la madrugada, antes de que llegue el repartidor de La Voz, que fue el que alertó al propietario.