La nueva estación combina delicias culinarias con propósitos para el inicio de curso

FERROL

JOSÉ PARDO

El paladar se prepara para degustar castañas, setas, miel, manzanas o nueces, tentaciones de la temporada

28 sep 2017 . Actualizado a las 13:08 h.

Los días se acortan y la luz estival se va apagando, pero hay mucha vida bajo el manto nebuloso que parece cubrirlo todo en otoño. El cambio de estación invita a moverse, tal vez no con el impulso de la primavera, pero sí al ritmo pausado que marca la transformación del paisaje. El cuerpo reclama terapia. «La piel ha estado expuesta al sol y hay que hacerle una cura y prepararla para los cambios de temperatura del invierno, con las calefacciones. Y al ponerse la ropa de la temporada, si no te sirve, vienes para un tratamiento corporal, reductor o contra la flacidez, que siempre debe combinarse con dieta saludable y algo de ejercicio», recomienda Elga Serantes, del Centro Estético-Médico Kocoa, de Narón.

cesar toimil

Hombres y mujeres demandan, casi por igual, la depilación láser, que vuelve con el final del verano. Y la caída de las temperaturas pide abrigo. «El tiempo es lo que más influye en la venta de ropa -reconoce Sandra Torrente, propietaria de la tienda de moda Juaneta, en As Pontes-, si no llueve no se compra ropa de agua, y con el cambio climático tienes que ofrecer prendas de entretiempo todo el año». La variedad es la que marca las tendencias, resume: «El pitillo convive con el pantalón más ancho y más corto, lanas gruesas, colores mostaza, ocres, burdeos...».

CESAR TOIMIL

Los jardines también reivindican atención y existen labores típicas del otoño, que sintetiza César Vizoso, gerente de la cooperativa naronesa Agroflor: «Hay que escarificar el césped, para airearlo, y hay que hacer una poda de formación en los arbustos en flor [cuando dejen de dar flores], porque van a volver a florecer en los brotes nuevos del año y conviene que maduren para resistir mejor las heladas. Los frutales también necesitan una poda de formación, en cuanto tiren la hoja, para una mayor fructificación».

Tricotar o estudiar historia

En tiempos de cambio, hay quien aprovecha para emprender nuevos proyectos y retomar viejos propósitos. «En septiembre comienzan muchas colecciones, unas nuevas y otras que salen todos los años, el primer número se vende más porque es barato, pero casi nadie las completa», confiesa Mónica, empleada del quiosco Pilar, en Maniños (Fene).

JOSE PARDO

La oferta es amplia y se puede aprender a tricotar, levantar una casa de muñecas o un esqueleto humano, estudiar historia o mitología, y hasta montar el coche deportivo Delorean, de Regreso al futuro. Muchos se deciden a mejorar por fin el nivel de inglés. «Es un bum, igual que a principios de año, hay quien empieza y lo va dejando y gente que realmente se lo toma en serio, depende de las necesidades y los intereses», señala María García, de la Southport School of English, de A Gándara (la matrícula aún está abierta). Los gimnasios se llenan, hasta que la pereza se impone, y solo perseveran los más disciplinados.

JOSE PARDO

Tiempo de nueces y manzanas

Pero hay placeres de otoño a los que resulta casi imposible resistirse, todos relacionados con el campo y el paladar. «Agora veñen as noces e as mazás», apunta Manolo Varela, productor de frutales autóctonos en Naraío (San Sadurniño), a punto de conseguir la certificación ecológica. Las castañas piden paso, como comprueba desde hace días Ramiro Martínez, en su souto de A Capela. «Na comarca do Eume sempre houbo, sobre todo en Monfero; foi a menos porque se abandonou o cultivo [pese a la rentabilidad, que puede superar a la del eucalipto, según sus datos, además de ayudar a generar empleo y fijar población en el rural], e agora quizás haxa un pequeno repunte», asegura. «Eu estou vendendo e vendía máis se as tivera, aínda que a comarca do Eume non entrou na Indicación Xeográfica Protexida, quedou fóra dese mercado -critica el presidente de la Asociación Galega da Froita Autóctona (AGFA) do Eume-. Tamén é porque non está nada profesionalizado o sector e non hai quen presione». Admite que «a castaña é un vicio, cando te pos a apañar nelas botas a man a unha e pídeche outra». Igual que en la mesa, cocidas con hierbas aromáticas, asadas o en platos elaborados. «E no Eume -resalta- aínda se conserva a tradición de facer o caldo de jarulas [castañas secas]». 

Ramón Loureiro

Tantas mieles como flores

El bosque brinda paisajes extraordinarios a los caminantes, esconde tesoros para los aficionados a la micología -ese reino mágico que menta y cultiva con pasión José Luis Cuba- y guarda la miel. «A xente, desde sempre, quitaba o mel no outono, pero hoxe estase perdendo porque se saca por floracións; pero a de brezo vén agora e a xente asocia comprar o mel novo ao outono», observa Manuel Ferreira, presidente de la Casa do Mel de Goente. ¿La mayor satisfacción? «Ver as colmeas cheas, darte conta de que o traballo que fixeches pagou a pena [...], miralas e preparalas para a invernada». ¿Y en boca? «Hai tantas variedades coma flores... Un bo cociñeiro sábeo e traballa cada prato cun tipo de mel. Eu son moi larpeiro, e gústame o mel claro; o que máis, o de castiñeiro, que deixa un sabor forte ao final». ¡Como para no sucumbir a las tentaciones que ofrece el otoño!