Las lecciones de 40 años como florista

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL

JOSE PARDO

Josefina Martínez comenzó en la plaza con la florista del Castillo, después se formó en escuelas especializadas y ahora estrena un local donde enseñará lo aprendido

19 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Josefina Martínez, Fina, comenzó a trabajar como florista hace casi cuatro décadas. Tenía poco más de 17 años cuando cada fin de semana ayudaba en un puesto de la plaza a su futura suegra, María Lis Lago, la mítica florista del Castillo. En poco tiempo se dio cuenta de que esta profesión le encantaba, así que comenzó a dedicarle horas y a aplicarse para saber más. La florista más famosa de la ciudad le enseñó mucho, pero Fina quiso estudiar en espacios como escuela catalana, entre otras. Pronto pudo abrir su primer local en el centro al que siguieron otros dos en diferentes bajos de A Magdalena. El último (el que figura en las recién editadas Páginas Amarillas por error) estuvo hasta el pasado mes de junio en el número 39 calle María y se llamaba como el actual: A Florería.

No hay más que entrar en el nuevo (en el número 38 de la calle Rubalcava) para percatarse de que está estrenando una etapa muy deseada: «Estoy feliz, porque me apetece mucho dar clases y enseñar todo lo que he ido aprendiendo durante 40 años de trabajo y muchos encargos. Además este local me encanta, es perfecto», explica optimista ante un mostrador que ha rodeado de estanterías, objetos bonitos y mucha luz, porque es aquí donde en breve comenzarán sus clases para formar a futuras floristas, aunque también se ofrece para ir a entidades o asociaciones a enseñar a los grupos que la requieran. A esta florista ferrolana le gusta trabajar con flores naturales o artificiales y fue una de las precursoras del cuidado del bonsai en la ciudad. De forma que aunque está preparando el temario para sus primeras clases asegura que se adaptará a los contenidos que le pidan sus futuros alumnos.

Cuando cerró el local en la calle María estaba un poco cansada, pero como ha cumplido su meta de abrir su escuela-floristería en septiembre se encuentra pletórica. «Ha sido complicado encontrar el local perfecto para este proyecto, primero buscaba un entresuelo, pero este me parece ideal, me encantó», cuenta en unas instalaciones que ha ya están repletas de macetas de las que lo sabe todo y sobre las que va contando su historia o cuidados a los clientes que pasan por una escaparate muy colorido.

Primero, los ramos

Josefina tiene bien definidas las primeras lecciones: «Aprender a hacer un ramo, porque la base de cualquier centro pasa por aquí. Después vendrán los trabajos para novias, centros y todo lo demás», explica una floristera que se prepara para explicar conceptos como el punto vegetativo. «Que todos los tallos confluyan bien, que es algo muy importante en el arte floral», cuenta detrás de un mostrador en el que seguirá atendiendo a sus clientes de siempre y los encargos para bodas, entierros o arreglos como los que hizo para la Armada noruega. Su política seguirá siendo la de trabajar y dar clases con precios ajustados, porque ella ha acusado mucho la crisis y no le gustaría perder clientela por motivos económicos.

Significado de cada planta

Al igual que en la etapa anterior, la página de Facebook será una pizarra donde se contarán algunas de las curiosidades de las especies que van pasando por las estanterías más verdes de la calle Rubalcava, aunque con el trajín de la mudanza aún no ha podido actualizarse demasiado. En las clases relatará secretos del arte floral y no solo desde el punto de vista estético, porque el significado de cada planta pesa mucho para Fina. Y esa será otra de las lecciones más importantes.

El local. Se llama A Florería y está en el número 38 de la calle Rubalcava. Las clases serán por las tardes y seguirá atendiendo sus encargos de floristería.

Reservas. Las aulas servirán para formar a futuros profesionales, pero también se atenderán las peticiones de los alumnos. Más información y reservas en los números 981369144 y 696565123.