«Lo que a mí me haría feliz es que los jóvenes tuviesen trabajo en Ferrol»

OPA RACING

JOSE PARDO

Molina confía en el futuro de la ciudad, pero le preocupan las dificultades del presente

25 jun 2017 . Actualizado a las 12:28 h.

Gerardo Molina, mánager del Racing de Ferrol, nació en el centro de la ciudad, en el mismísimo barrio de A Magdalena, en 1944. Y aquí lo tienen ustedes, tan vital como siempre, cuando ya casi lleva medio siglo de intenso vínculo con su club. Un club que para él es mucho más que un equipo de fútbol: una auténtica forma de estar en el mundo. No es, Gerardo, hombre de muchas palabras. Procura hablar más bien poco; lo justo. Pero tiene un corazón enorme. Y sus sentimientos saltan siempre a la vista. Jamás ha perdido el entusiasmo por las cosas que ama. Para él, ser de Ferrol es poco menos que una manera de existir.

-Siempre que me acuerdo del viejo estadio del Inferniño lo recuerdo a usted allí. ¿Lo echa de menos...?

-¿Al Manuel Rivera...?

-Sí.

-Mucho. Muchísimo. Los ferrolanos no debimos dejar que desapareciese el estadio Manuel Rivera. Eso no debió suceder jamás. ¡Y cuando veo lo que han hecho en su sitio, pues en fin...! Fue una barbaridad.

-¿Los partidos, allí, eran otra cosa?

-Era otra cosa todo. Porque cuando una ciudad tiene dentro de sí el campo de fútbol de su equipo, todo es de otra manera. Tú piensa, simplemente, en lo que supone que puedas ir caminando al campo. Que vayas a ver los partidos dando un paseo, sin que se necesite coger el coche. Eso hace que todo sea diferente. Es vivir de otra manera. Mira, para mí el Racing siempre ha sido una familia. Y en el antiguo estadio éramos una familia todos.

-¿Qué lo haría a usted feliz?

-Pues lo que a mí me haría muy feliz es que los jóvenes tuviesen trabajo en Ferrol; que no se viesen obligados a marchar por falta de futuro, de un futuro para ellos.

-¿No tiene futuro, Ferrol?

-Bueno, yo no soy un pesimista. Creo que sí, que esta es una ciudad que al final va a tener un futuro. Pero la situación actual es tremenda. Somos una ciudad cada vez más envejecida, una ciudad que se mantiene en pie gracias a la gente mayor. Son muchísimas las familias en las que los mayores están aguantando toda la economía familiar con sus pensiones, y eso es tremendo. Los jóvenes tienen derecho a tener trabajo, a poder construir su futuro, a valerse por sí mismos. Los problemas de la economía le hacen mucho daño a Ferrol.

-Pero aun así, y a pesar de todas las dificultades, Ferrol sigue siendo una ciudad valiente, con una fuerte personalidad, con una identidad muy marcada.

-Ferrol es una ciudad especial, que no se parece a ninguna otra. Hay gente muy valiosa. Y tradiciones preciosas. Yo, por ejemplo, aún recuerdo con nostalgia cuando aquí se cantaba en todas partes. ¡Se cantaba muy bien!