Los catres de los navíos se llamaban «coys» y se podían liar para disponer de más espacio a bordo
22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En los siglos pasados los únicos alojamientos espaciosos a bordo de un buque de guerra eran los del comandante y, en su caso, el almirante que embarcara. El resto de la tripulación y guarnición del navío, en su inmensa mayoría, dormía en «coys» o hamacas que se colgaban de los baos entre las piezas de artillería, en las cubiertas interiores.
La palabra «coy» procede del término neerlandés «kooi» que significa «cama a bordo», y se utiliza para designar el trozo de lona o tejido de malla en forma de rectángulo que, colgado de sus extremos o cabezas, sirve de cama en los barcos. Estos elementos de dormitorio se utilizaron hasta tiempos no tan lejanos (en todas las marinas del mundo), para su uso principalmente por las dotaciones de marinería. Los coys estaban numerados para que su usuario supiera siempre cual le correspondía. Cuando la tripulación no dormía en los coys, estos se liaban y se colocaban en las «batayolas» (especie de cajas de madera que se situaban en la cubierta principal del buque), para mantener las baterías de cañones despejadas y servían al mismo tiempo de parapeto o protección contra astillas y armas ligeras en caso de combate.
Muchas ventajas
El sistema de descanso a bordo utilizando los coys proporcionaba también otras ventajas notables: facilitar el espacio interior para tanta gente; comodidad para recogerlos enrollándolos; y, en caso de mala mar, mitigaba en parte con su balanceo el movimiento del buque. Como es natural, a lo largo de la historia ha habido diferentes modelos de coys siendo su morfología variada, para su uso tanto en barcos de vela como de propulsión mecánica.
Práctica habitual en la Marina de antaño pero en tiempos más recientes, era también «orear» los coys (cois o coyes, que varias formas admite el plural de esta palabra) en la cubierta exterior de los buques, tras ser aquellos lavados oportunamente. De esta forma, su secado u «oreo» se hacía ventilándolos al aire.
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