Las reglas a las que debían someterse los corsarios se pueden consultar hoy en día en la sala
30 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Museo Naval • Abre de 9.30 a 13.30 (de martes a viernes) y de 10.30 a 13.30 (sábados, domingos y festivos) • ¡A del barco, marineros! Esta frase tan popular gracias al cine la relacionamos directamente con la piratería y el mar. Piratas del Caribe ha vuelto a poner de moda las películas sobre estos personajes. ¿Pero hay realmente diferencia entre pirata y corsario? Pues sí.
Aunque normalmente, debido a su forma de actuación, se suele confundir a los piratas con los corsarios, existe una gran diferencia. Los piratas atacaban a todo buque en aguas internacionales por su propia cuenta, con el fin de robar el oro y la mercancía e incluso apoderarse del buque, y en ocasiones también capturaban a sus tripulantes y pasajeros y los convertían en esclavos para luego cobrar por su rescate.
Los corsarios, por el contrario, tenían una cierta legitimación de los Estados correspondientes a los que servían, que recurrían a ellos en situaciones de escasez de buques de guerra para dar protección a sus intereses, no obstante aquéllos tenían que cumplir unas reglas determinadas de actuación, denominadas Ordenanzas del Corso. Pero también tenían el privilegio de quedarse con una parte determinada del botín obtenido, disponían de bandera propia -y quizás lo más importante- poseían una «patente de corso», que era un documento oficial que les concedía el derecho de atacar naves y territorios enemigos. Las reglas a las que debían someterse los corsarios se pueden consultar hoy en día en el Museo Naval.
Lejos de pensar que la piratería es un recuerdo del pasado, esta jamás ha desaparecido de nuestros mares y los tiempos actuales son testigo fehaciente de acciones armadas de piratas bien organizados, sobre todo en el Océano Índico, que debemos combatir con resolución.