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Meu Santiño

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

AGRICULTURA

27 ago 2016 . Actualizado a las 10:07 h.

El miércoles, día 31 de agosto, se celebrará en Santa Mariña de Sillobre -no solo allí, claro, también en otros muchos lugares, pero como pueden ustedes imaginar es de la celebración sillobresa, no de las otras, de la que hoy quiero hablarles-, la festividad de San Ramón Nonato, religioso mercedario catalán que vivió en el siglo XIII y que, según cuentan las crónicas, tuvo, entre otras innumerables virtudes, una generosidad infinita, que lo llevaba a ofrecerse como rehén él mismo cuando se le acababa el dinero y no podía seguir redimiendo cautivos. San Ramón, Meu Santiño, que por cierto llegó a cardenal, tiene hoy parroquia propia hasta en el Bronx. Pero yo creo que en pocos lugares se le quiere tanto como en Sillobre, donde antaño se celebraba en su honor una multitudinaria romería que atraía, o eso dicen, hasta gente que venía a propósito desde Asturias para venerarlo y beber, de paso, las milagrosas aguas de su fuente, tan gratas al paladar, tan sanas para el cuerpo y para el alma y, al mismo tiempo, tan dadas a prodigios de las más diversas clases. Todos los años, mi amigo Julio de Remedios o das Abellas, famoso apicultor y tañedor de campanas, fabrica cuatro velas de cera de abeja para llevarle al santo. Una por él mismo, otra para servidor de ustedes, una tercera para nuestro amigo Logh Itoh (que entre todos los santos que hay en el cielo, tiene a San Ramón por su preferido) y una cuarta por las intenciones de Moncho Pernas, quien, aunque esté lejos, siempre tiene a Sillobre en el recuerdo y en los libros. Antes, a San Ramón le regalaban uvas, pero la tradición se fue perdiendo. Yo, no hace mucho, le llevé unas figuritas de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.