Bautismo de buceo en Ferrol: una experiencia «condensada» en el fondo marino

Manuel Arroyo Alves
Manuel Arroyo FERROL

FERROL

Kike Ocampo -izquierda-, titular de Buceo Ferrol, se prepara en el muelle de Curuxeiras
Kike Ocampo -izquierda-, titular de Buceo Ferrol, se prepara en el muelle de Curuxeiras CÉSAR TOIMIL

Las iniciativas que conjugan deporte y conocimiento tienen en la zona un espacio privilegiado

26 ago 2016 . Actualizado a las 12:13 h.

Retazos de biología, historia y náutica. La experiencia de un bautismo de buceo es «como un bote de leche condesada». Lo explica Kike Ocampo, profesional del sector y buzo experimentado que afirma conocer los rincones más hermosos -y secretos- del fondo marino en la costa ferrolana. En sus aguas, principalmente al abrigo de la ría, es donde los alumnos de Buceo Ferrol tienen su primera experiencia forrados de neopreno. Vaya por delante que para iniciarse en el submarinismo con botella no son precisas unas condiciones físicas especiales. Basta con saber nadar. Sean adultos o niños. Y, por descontado, recibir una formación mínima previa. Entre cuatro y cinco horas es lo que suele durar una jornada introductoria. Primero se pasa por el aula y, a continuación, al mar. «Hay gente a la que le engancha y otra a la que le resulta una experiencia traumática», señala Ocampo. Salir de dudas cuesta 75 euros. Incluye todo el material necesario, seguro y ruta marítima. Fuera, todo parece sencillo, pero a la hora de sumergirse... «para los novatos el mayor miedo es si el aparato da aire debajo del agua».

Una vez superado el recelo, el entorno marino compensa el desparrame de adrenalina. «Por ejemplo, en San Felipe, aprecian la belleza del banco marisquero; pero también parte de la historia, porque les muestro balas de cañón de 23 libras. Y además hay mucha vida: sargos, robalizas, abadejos, alevines...». Lo que busca este instructor para sus noveles son «aguas someras, de tres a seis metros».

La instrucción puede ser individual o en grupo -hasta ocho personas- a bordo de una embarcación semirrígida desde la que, a la par, conocerán las peculiaridades de la costa local.

¿Y qué tal de noche? Para los más avezados, Ocampo también organiza inmersiones nocturnas, que tienen su encanto por la fauna con querencia a la oscuridad. Su cartera también ofrece pesca submarina, apnea o reparación y venta de material.

Turismo activo

«En Ferrol hay recursos de sobra, pero no se les da salida». Una queja que, como Ocampo, reiteran otros profesionales que enfocan su actividad al turismo y, especialmente, al mar. «Ferrol es un 10 % suelo urbano y un 90 % rural. Hay que aprovecharlo», sentencia. A nadie vinculado al sector se le escapa que la ciudad es un punto negro en las cartas marítimas deportivas. «Se necesitan plazas de amarre de tránsito y servicios», recalca.