Todo por la patria

Amable Dopico TRIBUNA

FERROL

16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Estos días, con la urgencia de formar gobierno a costa de lo que sea, nos estamos empapando todos de lo que significa la responsabilidad, el sentido de estado y todas esos conceptos de la alta política. El concernido, el partido afectado, es obviamente el que ha obtenido mayor número de escaños, el PP. En otros tiempos lo fueron el PSOE pactando con CiU y el propio PP de Aznar cediendo todo lo necesario para conseguir el apoyo del mismo CiU.

Deberíamos pues, ver como el señor Rajoy salía disparado a pactar con sus más próximos. Pero no, él no es de soluciones alocadas, es más de prudente reflexión? y que se lo arreglen. Así que el realmente concernido resulta ser el que ha perdido, el PSOE.

En un esfuerzo de coordinación encomiable, han salido además de políticos de variado origen, comentaristas políticos de toda clase y condición, periódicos y televisiones en avalancha. Solo se salva una cadena de radio, bien conocida y a quien hay que agradecerle la originalidad de no coincidir en el diagnóstico de la solución.

Y los votantes, simpatizantes o humildes militantes del PSOE ¿qué podremos decir? Porque lo más chocante y novedoso no es que múltiples personajes del propio PSOE le lean la cartilla a su secretario general, Pedro Sánchez, muchos de ellos, por cierto, responsables de haberle aupado a esa posición hace dos días como quien dice. No. Eso entra en los usos democráticos de nuestra organización. Lo chocante es que lo hagan fuera del propio partido, sin cortarse un pelo, tanto desde tribunas de «alta cuna» como desde «baja cama» copiando a la recordada Cecilia en su canción.

Claro que aún están a tiempo de preguntarnos. Hagan como el PSdeG. En las recientes primarias, todos los que son o han sido figuras relevantes del partido, en un caso inédito, único y sin que sirva de precedente, se pusieron de acuerdo en apoyar a un candidato. Pero resultó que las bases rechazaron la sugerencia y apoyaron a otro. Interesante.

Esas bases militantes, esos simpatizantes, nuestros votantes en general, son a los que hay que mirar a los ojos y explicarles el sentido de las decisiones que se toman con sus votos, explicárselo sin avergonzarse. Decirles que vamos a salvar con nuestros votos a quien ni se molesta en trabajarse los suyos más próximos. Y después, volver en las próximas elecciones a pedirles la confianza. ¿Quién sería la oposición real al nuevo gobierno? ¿Sobreviviría el PSOE?

Podríamos recurrir a la teoría Montoro, que se hunda España, que ya la salvará el PP. Él debería tener la solución, pero en caso de duda y para mayor seguridad, señor Sánchez ¡suicídese!, perdón, ¡apoye!

Además un suicidio político más o menos no se nota. Los casos personales son perfectamente prescindibles, los mismos que le nombraron a usted le reemplazarían sin problema. Sería sencillísimo. Pero suicidar a un partido como el PSOE que ha sido quizás el mayor contribuyente en los últimos decenios al avance de España, eso ya son palabras muy mayores. Pero ya sabe... ¡responsabilidad!... ¡sentido de estado!.. ¡Todo por la Patria!