El «mejor» percebe del mundo vive en O Meixón, Os Aguillóns y Os Castelos

FERROL

José Pardo

Los percebeiros de Cedeira, Cariño o Meirás se arriesgan para extraer el crustáceo de mayor calidad en las piedras y los bajos de la costa norte. Las ventas de este marisco representan cerca del 50 % de la facturación anual de la lonja cariñesa y rondan el 22 % en el caso de la rula cedeiresa

28 jul 2016 . Actualizado a las 13:31 h.

[ana f. cuba] A José Florentino López Bouzón, Pancholo, marinero cedeirés jubilado, el mar le arrastró hasta el fondo al poco de saltar en As Blancas, una piedra rica en percebe a la entrada de la ría de Cedeira. Tenía 12 años y su amigo Suso do Brocos le salvó, pero la experiencia le hizo abandonar el oficio, «por medo». Serxio Ces, percebeiro ferrolano asentado en la villa cedeiresa, igual salta en As Blancas que en Os Jallos o A Plata, pero sostiene que «o percebe do Meixón, na boca da ría, é o mellor do mundo». «Hai pedras moi boas en toda a costa, no Roncudo, en Cariño, en Estaca de Bares... Pero nós, en Cedeira, estamos orientados ao noroeste e aquí hai moitas puntas e saíntes moi bos para o percebe», defiende Antonio Tojeiro Bellón, O de Teixedelo, que se inició en el oficio a los 14 años y tiene 56. Cita «os baixos de Germán, a zona de Candieira, con moitos illotes, a pedra Gabeira...». La relación es extensa. Roberto Horjales Varela, presidente de la Asociación de Percebeiros de Meirás, que cuenta con 16 profesionales, se queda «coas pedras dos Castelos, con percebe da mellor calidade; ten que ser polas correntes do mar, que levan o fitoplancton», el alimento del Pollicipes pollicipes, de la familia Scalpellidae. Este crustáceo cirrópodo -hermafrodita, aunque no se autofecunda y necesita otro individuo para la cópula- presenta una morfología singular, con una especie de caparazón o uña y una parte inferior o pedúnculo, carnosa, con la que se adhiere a las rocas. «Los mejores son los que están por debajo de la línea intermareal, que no quedan en seco», asegura Juan Carlos Pardo Galdo, percebeiro desde 1997 y patrón mayor de la cofradía de Cariño, con una docena de lanchas dedicadas a la extracción de este marisco. Las ventas de percebe representan casi el 50 % de la facturación anual de la rula cariñesa -desde el año 2010 hasta ahora generaron 2.635.581,18 euros y la cotización máxima se alcanzó en 2014, con 254 euros el kilo- y alrededor del 22 % de los ingresos (y el 5 % del producto total expendido) de la lonja de Cedeira -en lo que va de siglo las ventas ascendieron a 8.751.319,16 euros, con un precio máximo de 216,30 euros el kilo, en 2015-. En el pósito cedeirés hay 44 embarcaciones de percebe, con 110 tripulantes. El paso del chándal -«ou a roupa máis vella que tiñas», como apunta Tojeiro- y el traje de aguas a los neoprenos, que facilitan la flotabilidad y protegen del frío y de las rozaduras con las rocas, ha supuesto una mejora sustancial en la seguridad, igual que las lanchas, que han evolucionado de los remos a motores fueraborda, «más rápidas y manejables para facilitar las maniobras», señala Pardo Galdo. Para el patrón mayor cariñés. el mejor percebe «es el de Os Aguillóns, porque son piedras que aguantan más el mar [las reservan para el invierno porque hay zonas de abrigo, a diferencia del litoral]». Pero alerta de que, «en general, en todas las cofradías de Galicia, el percebe va a menos cada año; no se sabe si es por la contaminación o por qué». El furtivismo representa otro problema «generalizado», denuncia la patrona mayor de Cedeira. «La costa es muy grande y difícil de vigilar con el personal que tenemos y el apoyo de los guardacostas», constata. «A cousa está moi mal -alerta Tojeiro Bellón-, este oficio acábase se as autoridades non controlan o furtivismo. Entre o pouco percebe que está quedando e que en inverno non podes traballar, a media anual non che dá un salario de mil euros». Pero este percebeiro veterano y sus compañeros continúan saliendo al mar: «Se queres gañar o xornal tes que arriscar, o bo percebe atópalo en zonas de difícil acceso, é coma unha proba e queres superarte a ti mesmo e tamén competir co do lado». Los percebeiros encaran una de las campañas más rentables del año, agosto (equiparable o incluso superior a la de Navidad), listos para saltar a la piedra en busca «de percebes pequeniños, gordiños e coloradiños, os mellores», comenta Horjales Varela. Este valdoviñés seguía a su madre con 13 o 14 años y suma tres lustros de profesión. «Ela e unha compañeira botaron ata os 65 indo ao mar, foi á marea pola mañá e deu a luz pola tarde (...), eu xa o levaba nos xenes», concluye. Todo por el percebe, «o produto bandeira do marisco do norte», sentencia O de Teixedelo.