La sala Maravilla se mantiene en activo tras sesenta años

Raquel Freire

FERROL

La discoteca de Vilaboa abrió sus puertas en el año 1955, tras incendiarse un espacio más antiguo

30 may 2016 . Actualizado a las 12:43 h.

La sala Maravilla continúa siendo a día de hoy uno de los locales de referencia de la comarca, tras más de sesenta años desde que abriera sus puertas en 1955. Su apertura se produjo tras el incendio que calcinó el local que se encontraba situado justo enfrente, que ya prestaba sus servicios con anterioridad en la zona de Vilaboa. En sus inicios, el espacio se creó como sala de fiestas, en la que diferentes orquestas ofrecían sus actuaciones para tiempo después, pasar a convertirse en escenario de los shows de artistas de primer nivel del panorama nacional de aquella época.

 Tras más de dos décadas cosechando éxitos, la discoteca estuvo cerrada parcialmente -pues se utilizó puntualmente para la celebración de bodas y otros eventos- desde 1982 a 1997. Año en el que Manuel Díaz, actual gerente de Maravilla, continuó con la saga familiar dando un cambio al estilo musical de la sala y reformando el local. Desde ese momento, el establecimiento se configuró como discoteca, eliminando el escenario e instalando una cabina para pinchadiscos. Una etapa en la que la sala, que abría cada sábado, logró ofrecer un cartel de sesiones de música dance y house similar al de otras discotecas punteras de Galicia como LP (Ordes) o Hermo (Muimenta). A día de hoy, Maravilla ha vuelto a sus orígenes y de nuevo ofrece sus servicios como sala de fiestas, en base a las actuales tendencias: «Hemos vuelto a incluir un escenario con capacidad para veinte componentes, con el fin de traer a algunas de las grandes orquestas de moda. El problema de estas formaciones es que hay pocas que funcionan y eso nos impide tener continuidad, por lo que abrimos días concretos y no todos los fines de semana», explica Díaz. En la sala, que conserva el tamaño del local original, se han acometido numerosas reformas a lo largo de los años, con el fin de establecer características técnicas de sonido e iluminación equiparables a los establecimientos de las grandes ciudades. «Siempre nos mantenemos observando las tendencias, somos un local en continua evolución y cuando decaiga la moda de las orquestas nos gustaría volver a programar el espacio como discoteca, dándole un retoque a la sala para volver a abrir cada sábado», señalaron desde la gerencia.